NARRA ISABELLA
Estamos desnudos en el suelo de su oficina, me aprisiona mientras me penetra. Solo pasó una hora desde el encuentro contra la ventana y ya queríamos más.
Su cuerpo es fuerte, mide más o menos metro noventa, calculo mentalmente .
-Mía
-Eres mi padrastro.
-Eso lo hace interesante.
-¿Puedo salir con alguien más?
-No.
-No es justo
Sus embistes aumentan, ya ahora de rodillas, siento sus manos grandes y fuertes agarran mis caderas mientras golpea furioso.
-A tu madre no la toco, ella está conmigo por dinero y le daré una vida de lujos, con viajes fuera del país con su guardaespaldas así tú y yo nos quedaremos en casa. Eres mi mujer no ella.
-Quiero ser tu mujer por completo.
-Lo serás pronto, ya vas a ver. Mientras tanto nadie más va a tocarte.
-No papi.
Me marcho del bar con mi papi, por una salida privada así que nadie me mira realmente. Al llegar a casa mi madre sale furiosa.
-Andabas puteando-dice mientras me golpea la mejilla y caigo al suelo. Si, mi madre es una loca. ¿Sabía de mi padrastro y de mí?
-¿De qué hablas?
Una patada a mí, estómago y justo cuando un nuevo golpe se aproxima, Jurgen interviene.
-¿Qué demonios significa esto?
-Jurgen cariño, mira las fachas de mi hija, no sé como se atrevió a subirse a tu auto viéndose así.
-Tu hija estaba saliendo del bar, con sus amigas. La vi toda a noche y salvo bailar de forma alocada no ha hecho nada más.
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