Seduciendo a mi padrastro romance Capítulo 6

NARRA ISABELLA

Me recupero, pero al abrir los ojos no me veo en la habitación de papi sino en un cuarto de hospital. Mi padrastro charla con el médico.

—¿Qué tiene mi mujer?

—Una crisis nerviosa. Su pulso estaba muy alterado, pero tras hacerle exámenes no encontré nada raro. Me dijo usted que ella se llevó una impresión muy fuerte.

—Así fue, Isabella tuvo una discusión con su madre que ocasionó que su rostro se pusiera totalmente enrojecido y respirara como si no le pasara al aire.

—igualmente me gustaría hacerle más pruebas y dejarla un par de días hospitalizada. ¿sufre de asma o condiciones respiratorias?

—no que yo sepa, pero llevamos poco tiempo juntos.

—debería despertar dentro de poco tiempo, podemos preguntarle si ha tenido episodios como este con anterioridad.

—gracias doctor.

Jürgen me mira despierta y se acerca.

—No hay embarazo o no es mío al menos. Cariño, nunca le he puesto el dedo encima. Le he ordenado que se largue de la casa, se mantendrá retenida hasta que nazca el bebé.

—No entiendo.

—Legalmente debo comprobar que no es mío, una de las cláusulas del matrimonio indica que si hay embarazo no puedo dejarla. No permitiré que el hijo de nadie más arruine lo que he conseguido.

—Lo entiendo.

—Cuando la prueba de ADN se haga, y revele que no es mío, nuestro matrimonio se anulará. Por ahora vamos a quedarnos en mi apartamento de la ciudad, la casa voy a ponerla en venta.

—De acuerdo.

Mientras me quedo a solas descansando, pienso en mi padre biológico. Este nos dejó cuando cumplí catorce, cansado de las histerias de mi madre, pero no me llevó con él aunque se lo pedí.

Tener a mi padrastro ahora es raro porque no lo veo como a un padre a pesar de que es veinte años mayor que yo. Me calienta que sea tan mayor, a su edad tiene una cantidad de experiencia que me encanta y no es que a mi edad lo necesitara en un rol paterno.

A la mañana siguiente el médico entra a verme, quiero irme y no quedarme encerrada en ese lugar.

—La salida se la daremos mañana, los exámenes han salido bien y tan solo queremos observarla.

—Gracias doctor.

Mi padrastro entra y cierra la puerta, su miraba es seria, profunda.

—Me asustaste hoy.

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