Seduciendo a mi padrastro romance Capítulo 8

NARRA ISABELLA

Han pasado ocho semanas desde aquella fatídica noche. Dominic fue asignado a un lugar distinto y Jürgen aunque ha tratado de explicarme lo que pasó, no he querido oírlo.

Mi madre nunca fue normal, era una madre desapegada que creo, quedó así tras el abandono de mi padre. Posterior a él, tuvo cuatro esposos más, y con ninguno tuvo hijos pues ya me tenía a mí. Y existo porque mi padre la forzó a no abortar. O eso me dijo siempre.

Ayer mi madre me miró viendo a Jürgen y llena de ira me dio un bofetón. Mi padrastro se me quedó mirando y sentí pena así que bajé el rostro. Este se paró a mi lado, sacó un arma y le apuntó a la cabeza, mi madre entonces dejó sus actitudes de matonismo y se puso muy pálida.

—Estamos juntos por el bebé. Un bebé hecho debido a que me drogaste. Pero ya sabes que mi mujer es ella, sí le vuelves a tocar un solo cabello te mato y no me importa el bebé. ¿claros?

—Como el agua.

—Iré a mi despacho con Isabella y si te atreves a entrar o a atentar contra la vida de ese bebé, te mato.

Sí, estaríamos a solas, pero estaba nerviosa, porque no estábamos así desde dos meses atrás.

—¿Cómo te enteraste de que te drogó?

—Uno de mis hombres la ayudó. Voy a llegar al fondo de esto, cuando nazca le haré una prueba de ADN.

—¿Si fuese tuyo?

—Mandaré a tu madre lejos y contrataré una nodriza. Si te molesta tenerlo cerca…

—No me molestaría, sería raro porque sería madrastra de mi propio medio hermano.

—Salvo que le dijésemos que eres su madre.

—No está bien, las mentiras acaban descubriéndose y no podría lidiar con su rechazo si se entera de que no soy su mamá. Preferiría decirle poco a poco las cosas como son y que crezca viéndolo de forma natural.

—Te amo, cariño.

—También te amo. Pero no haremos nada, no hasta que ese bebé esté a salvo.

Con el paso del tiempo—más específicamente los siguientes meses de aquel embarazo— mis sentimientos cambiaron, no por voluntad propia sino porque me forcé a que fuese así. Jürgen estaba más tiempo con mi madre y creí que ellos estaban dándose una oportunidad.

Así que empecé a buscar una casa lejos de la ciudad, lejos de todo y hablé con mi madre quien me sorprendió con su forma de hablarme y de ilusa, me lo creí todo.

—Cariño, lamento haber sido una bruja. Las hormonas del embarazo me pusieron así.

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