Si, acepto el contrato (COMPLETO) romance Capítulo 33

Narra Grace

Siempre me he mantenido como una mujer fuerte, intento verme como una roca dura que es difícil de penetrar, pero por más que no quiera hay palabras o acciones que logran filtrarse hasta mi corazón y herirme, un día tuve el temor más grande que era el poder perder a mi madre, luego de superar eso pensé que nada en la vida me podría afectar, después que mi familia este bien, nada ni nadie me puede afectarme, eso pensaba hasta hoy.

Las palabras de Jackson fueron duras, fueron fuertes y realistas, miro a mi alrededor y los avances que he tenido son poco notorios porque me he dedicado dos jodidos años a pagar una deuda que parece eterna ¡Mierda! Las lágrimas salen de mis ojos y no las retengo porque así duele más, me alivia poder desahogarme, me libera un poco.

- Ese hijo de papi y mami se cree mucho, ¿cómo puede tratarme como si fuera una escoba? ¡Infeliz!

Me sirvo una taza más de café y me acomodo en el sillón, pienso en como las personas pueden ver la vida como un negocio, ¿piensa comprarme? Aprovechado, es un maldito aprovechado, tiene el descaro de insultarme diciendo que me acostaba con su padre y luego de venir a pedir ayuda, porque eso es lo que quería, piensa que soy el blanco fácil por ser pobre y endeudada.

- Creí que era más inteligente – repito sus palabras con tono de burla

- ¡Soy inteligente! por algo su padre me vio cómo su mano derecha, soy una chica astuta, eso lo vio su padre en mi ¡carajo! Grace no es una estúpida de la que la gente puede aprovecharse, soy muy inteligente y me destaco donde voy, no dejo pasar las oportunidad…

Hago silencio un segundo y analizo mis propias palabras, yo no dejo pasar oportunidades, bueno y si… agito mi cabeza y niego para quitar ese pensamiento que entró de repente en mi cabeza

- Y… ¿si pienso la propuesta y también establezco mis condiciones? es un juego ¿no? Lo válido es que los dos juguemos, no él solo.

Una chispa se viene a mi mente, no sé si sea lo que él quiera, pero estoy segura que para mí es lo mejor.

La mañana siguiente, me organizo muy temprano, no tuve que despertar ni levantarme porque no dormí, no pude conciliar el sueño, a altas horas de la madrugada habían muchos pensamientos en mi cabeza y claramente no podría pegar el ojo. Me visto como de costumbre, como si fuera a un día normal de trabajo, me anticiparé un poco porque quiero llegar antes a la oficina que el jefe, sí, mi jefe porque se verá en la obligación de recibirme.

Llegando al edificio, algunas personas me saludan.

- ¡Hey! Ayer te fuiste muy temprano, te busqué y no te encontré, el portero me dijo que te vio salir algo extraña, ¿todo bien? – Susan es como mi sombra

- Si, es que me sentía algo mal del estómago sabes, con todo esto de la compañía, el estrés se me manifiesta así.

- Ya veo, oye, ¿quieres que vayamos juntas a desayunar? – pregunta ella con una sonrisa, me alegra verla siendo ella de nuevo

- Hoy no, tengo mucho que hacer, ¿te alcanzo para el almuerzo?

- Me parece bien, me envías un mensaje

Despido a la chica y subo hasta el ascensor, cuento hasta seis y las puertas se abren, camino por el largo pasillo recordando el discurso que he preparado, ya llevo todo fríamente calculado en mi cabeza para antes de que el ogro llegue.

- Señorita Grace, sabía que vendría – dice el seños Jackson sentado en su escritorio sorprendiéndome un poco, no sabía que ya estaba aquí

- Pensé que no había llegado

- Tenía el presentimiento que llegaría más puntual de lo normal, así que me adelanté. Dígame, ya tiene una respuesta para mí, ¿no es así?

El hombre se acomoda en su costoso sillón y me mira con una sonrisita de triunfo, por lo que con mucha seguridad camino hasta él y me siento justo en la silla que esta frente a él.

- Claro, luego de pensarlo y saber que esto es de mucha importancia y que con este compromiso usted principalmente se verá beneficiado, llegué a una conclusión, y es que debemos ser justos, usted interpone una serie de condiciones para ese compromiso matrimonial, pero ¿dónde quedan mis condiciones? No soy un juguete del cual puedan aprovecharse, también tengo cosas que me gustaría recibir.

- Espere, la condición es el descuento del cincuenta por ciento de su deuda si se casa conmigo

- Ese acuerdo lo hizo su padre, no se aproveche de la situación, además si acepto casarme con usted igual me toca seguir pagando, si no me caso también tengo que pagar, casándome o no la deuda va a estar allí

- ¿Qué quiere?

¡Sí! Esa era la pregunta que quería escuchar, aclaro mi voz, me acomodo más erguida en la silla y levanto un poco mi mentón, que sepa que el sartén lo llevo por el mango yo

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