Si es destino estar contigo romance Capítulo 119

Lucrecio no vaciló en besarla.

—Mmm... Suéltame.

Yolanda contaba con el cuerpo tenso y los ojos fuertemente cerrados. Su corazón latió con un ritmo más y más rápido.

El sentimiento de vergüenza explotó como una bomba. Estaba claro que se resistía desesperadamente, pero no pudo evitar volver a tiritar por alguna razón.

Su repentina reacción le provocó sorpresa a Lucrecio, que no esperaba que reaccionara con tanta fuerza.

Lucrecio perdió el control y le dio a Yolanda un mordisco.

—¡Ah, me duele! —Yolanda gritó instintivamente y incluso sus nervios estaban temblando.

Finalmente, Lucrecio se levantó ligeramente y la soltó.

—¿Por qué me tratas así?

Ella se atragantó y sus ojos cargados de lágrimas le provocaron una sensación angustiada.

—A partir de hoy, eres mi mujer.

Lucrecio alargó la mano para acariciar su rostro bañado en lágrimas. Rara vez su tono tiñó en un temblor. Había imaginado innumerables veces el momento en que Yolanda se convirtiera en su mujer, pero ninguna de ellas era tan real como la presente.

Yolanda tuvo la inexplicable intención de abandonar lucha y resistencia, aunque no sabía si tales palabras suyas eran una respuesta a su pregunta.

Inexplicablemente ella quería convertirse en su mujer.

Al principio, Yolanda no tenía ninguna otra sensación además del dolor, pero después, a medida que el consuelo sucesivo de Lucrecio, iba sintiendo un calor y una sensación indescriptible.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Si es destino estar contigo