Si es destino estar contigo romance Capítulo 13

—¡Yolanda! ¡Mi Yolanda!

Una voz familiar sonó por encima de la cabeza de Yolanda, llena de felicidad y sorpresa.

Yolanda levantó la vista y vio a un hombre, con una mujer regordeta a su lado.

Se trataba de Gordon Moreno, el mejor amigo de Lucrecio, y la mujer que estaba a su lado era probablemente la centésima novia de él.

—¿Qué le pasó a la cara? ¿Quién hizo esto?

Gordon levantó a Yolanda con una mano y le echó un vistazo más de cerca, lleno de preocupación.

Lucrecio debe perder los nervios otra vez...

—Gordon, quiero ir a casa...

La actitud de Yolanda era seria, sabía que Gordon no la rechazaba.

—Puedes irte a casa, pero quiero saber quién intimidó a nuestra Yolanda, ¡tengo que darle una lección!

Gordon tiró de Yolanda hacia el hospital, aunque Yolanda no quería volver a entrar, pero no pudo resistirse.

—Oye, ve tú misma al aborto, dile al médico que no sea muy duro con mi hijo, recuerda que...

Gordon estaba a punto de decirle algo más a su novia cuando recordó que Yolanda aún estaba allí, así que no terminó, sonrió torpemente y le hizo un gesto con los ojos a su novia para que se diera prisa.

Zita estaba sentada en el pasillo ahora mismo, y la madre de Kenzo estaba un poco angustiada a su lado, después de todo, esta era la nuera perfecta para ella, ¿cómo podía dejar que alguien la intimidara?

—¡Señora, cómo se atreve a venir!

Zita vio la figura de Yolanda desde la distancia y se enfadó tanto.Gordon tomó la mano de Yolanda y le dijo que no tuviera miedo.

—¿Son ustedes los que golpean así a mi niña?

Gordon miró a Zita.

«¿Por qué la cara de esta chica está así de hinchada? ¿Es posible que Yolanda la haya golpeado»

Los padres de Zita no estaban cerca, vio venir a un adulto, y su corazón se debilitó, escondiéndose detrás de la madre de Kenzo, sin atreverse a hablar.

—Usted es su padre, ¿no? Mira tú mismo, qué paliza le ha dado tu niña, y mi hijo que sigue tirado en la cama, ¡todo por su culpa! Menos mal que estás aquí, da una explicación.

En un principio había pensado que la familia García era bastante respetable en la ciudad y que no se preocupaba por molestar a una joven que no sabía nada, pero ya que sus padres tenían el valor de venir a su puerta, va a discutir el asunto claramente.

Gordon se sorprendió por sus palabras, mirando incrédulo a Yolanda que se escondía detrás de él con la cabeza colgando.

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