Sin Darnos Cuenta romance Capítulo 29

—¿Te encuentras bien?— Le pregunto al ver que no responde a mi pregunta y que solamente se me ha quedado mirando como si estuviese loco.

—Yo estoy bien, eres tú el que está mal. — Responde preocupada y lleva su mano sobre mi frente —Creo que tienes fiebre. — Dice entre risas.

—Dana, te estoy hablando en serio. — Digo sin soltarla de mis brazos.

El silencio se hace presente unos cuantos minutos más —Pero, Franchesco... tú no quieres casarte. Al menos eso es lo que me habías dicho.— Explica confundida.

Sé muy bien lo que le he dicho cuando éramos amigos... —Claro que sé lo que te he dicho cariño, pero no estaba contigo. No había sentido esto que siento por ti.— Le dejo saber mientras acaricio su espalda.

—Tú sabes lo que pienso del matrimonio...— Comenta y sonrió como un tonto.

—Claro... que es un pedazo de papel, que no cambia nada, y blah blah...— Imito sus palabras intentando no reírme. Me siento haciendo que ella se siente sobre mi regazo y acaricio su cabello. —Amor, no quiero casarme contigo por lo que pueda decir o no un papel. Quiero casarme contigo para que seamos una familia y así dejarte saber que soy solo tuyo. — Le digo rodeando su cuerpo con mis brazos.

Ella apoya su cabeza sobre mi hombro y luego la mueve para mirarme, pero sin dejar de estar apoyada sobre mí — ¿Quieres que seamos una familia? — Me pregunta con una enorme sonrisa.

—Si. No te estoy pidiendo que tengamos hijos aun... solo te estoy pidiendo que tú seas mi esposa y que yo sea tu esposo.— Le aclaro sabiendo que aún no queremos tener bebes.

—¿Y si te arrepientes?— Me cuestiona.

—¿Arrepentirme? ¿De casarme contigo? — Pregunto incrédulo.

—Aha...—

—Jamás. Yo no quiero separarme de ti nunca más. Nunca he tenido algo así con nadie. Somos el uno para el otro y supongo que cuando uno siente algo así, es porque ha encontrado a esa otra mitad de la que tanto se habla... ¿no?— Le explico.

Ella muerde su labio inferior — ¿No es muy pronto para esta propuesta? Vamos... que me lo has pedido después de haber hecho el amor...— Expresa intentando no reírse.

Rio ante sus palabras y beso su labios —Si quieres te lo pido antes o después de cenar cuando estemos los dos con ropa y en casa de mi padres... pero, te lo pediría igual.— Le propongo haciéndole reír.

—¿En un año?— Pregunta esta vez sin mirarme.

—En un año... Agosto del próximo año.— Indico muy seguro.

—¿Y si rompemos antes? No sé... si algo sucede...—

—¿Acaso quieres romper conmigo?— Le pregunto poniendo cara de cachorrito abandonado y ella ríe.

De repente, ella se pone de pie para luego sentarse sobre mi, pero de frente con cada una de sus piernas a cada lado de mi cuerpo. Me corta la respiración sentir su cuerpo desnudo sobre el mío de esta manera...

—No, no quiero romper contigo. — Contesta tomando mi rostro entre sus manos. —Te amo demasiado como para hacer una estupidez como esa. — Me deja saber.

—¿Entonces, es un sí?— Inquiero con entusiasmo.

Sus dientes aprisionan su labio inferior y sus manos acarician mi rostro suavemente hasta que llega a mis labios. —Es un sí, pero. — Me advierte antes de que pueda decir nada —No le diremos a nadie de nuestros planes hasta navidad. Démonos ese plazo para asegurarnos de que esto realmente funcionara. — Me pide y finalmente destapa mi boca.

—¡Te amo!— Le exclamo y comienzo a besarla como un loco.

—Prométeme que no dirás nada a nadie. — Me pide alejándose de mi boca.

—Te lo prometo. — Le respondo firme con mis brazos rodeando su cintura y pegándola más a mí. —Te amo mi amor...— Le repito y sus labios esta vez no se separan de los míos.

Nos estamos besando como si no hubiese mañana. Mi cuerpo vuelve a reaccionar ante su roce y su sonrisa es evidente al sentirme. —Que poco romántico eres para pedir casamiento. — Bromea sobre mis labios y reímos.

—¿Quieres que sea romántico?— Le pregunto con mis manos viajando por su cuerpo.

—No estaría mal... pero, esto creo que está un poco mejor... me encantas. — Dice de esa manera tan única que tiene y besa mi cuello.

—Tú me encantas a mi...— Logro decir cuando su mano me toma para hacer que entre en ella y así terminar de perder la razón. — ¿De verdad quieres que sea romántico contigo comportándote así? — Averiguo entre cortado cuando es ella quien se mueve sobre mi esta vez.

—El romanticismo no es lo nuestro. — Replica entre gemidos que me roban la razón...

—Definitivamente no...—

Es con ella con quien solo puedo ser así. No necesitamos fingir para que las cosas entre nosotros salgan bien. Solo somos como queremos ser en realidad y así nos aceptamos. El placer invade todos nuestros sentidos dejando nuestros cuerpos temblando. —Me va a encantar ser tu esposa. — Dice sobre mis labios haciéndome reír.

—Y a mí más que lo seas... será un placer despertar junto a ti todos los días de mi vida. — Le confieso dejando un tierno beso sobre sus labios.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Sin Darnos Cuenta