Sortilegio romance Capítulo 3

Samanta estuvo lista en menos de una hora, antes de ir a la modista debía pasar por las empresas Montalvo a entregar el paraguas que aquel caballero llamado Maximiliano le había prestado.

Al llegar a la empresa pregunto por el señor Maximiliano Montalvo, la recepcionista le indico donde se encontraba la oficina de él, al llegar al lugar indicado, se encontró con la secretaria de este, la señorita le pregunto si tenía cita, a lo que Samanta respondió negativamente, la señorita muy amable le pidió que esperara un momento. Realizo una llamada a su jefe y le comento sobre la presencia de aquella mujer que quería hablar con él, al colgar el teléfono se dirigió hacia Samanta.

—Señorita puede pasar.

—¡Muchas gracias! —le dijo Samanta algo nerviosa.

Llamo a la puerta antes de ingresar, espero a recibir respuesta y seguidamente ingreso.

—¡Buenos días señor Montalvo! Soy Samanta Castañedo, la chica que usted ayudo el día de ayer, he venido a entregarle su paraguas como habíamos acordado.

—¡Buenos días señorita Castañedo! Por lo que veo si leyó la información en mi tarjeta, me quedé esperando su llamada al no haberla recibido pensé que usted había la había perdido.

—Me disculpo por no llamar antes de venir, no perdí su tarjeta, pero si mi teléfono celular.

—Comprendo, le tengo noticias al respecto, yo encontré su celular, aquí esta —le dijo mientras abría la gaveta de su escritorio y sacaba el móvil de su interior.

—¡Muchas gracias! Estaba muy preocupada pensando que no podría recuperar todos los contactos y documentos importantes que tengo ahí.

—Ya que se encuentra aquí, tome asiento pediré que nos traigan café así podremos platicar y conocernos mejor.

—Le agradezco mucho la invitación, pero tengo una reunión dentro de poco.

—Siendo así que le parece si me da su número para comunicarnos y ponernos de acuerdo y así poder salir a cenar en alguna otra oportunidad.

—Yo le llamo para comunicarle cuando tenga tiempo libre para salir con usted ¿está de acuerdo?

—No me deja muchas opciones así que estoy de acuerdo.

Luego de esa breve platica Samanta le agradeció por toda su ayuda y se retiró. Llegó a la modista a eso de las nueve y cuarenta, todas sus amigas ya se encontraban en aquel lugar todas sus amigas, Jazmín incluida entre ellas.

—Mi bella amiga Samanta llegaste —le dijo Jazmín mientras le daba un abrazó a su “amiga”.

—Espero no haberlas echo esperar mucho tiempo —dijo Samanta mientras se apartaba de Jazmín.

—Llegamos hace poco no te preocupes —le dijo Saraí.

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