¡SUÉLTAME, DIABLO! romance Capítulo 23

—¡Yo me voy, tú vete a casa a descansar!

Leticia la detuvo con el ceño fruncido y se dio la vuelta para marcharse enseguida.

Caminando por la calle de las afueras del distrito, justo cuando buscaba un taxi, un Bentley negro apareció en su visión, estacionado firmemente frente a ella. Las ventanillas estaban bajadas y en el asiento trasero se sentaba José, que tenía un guapísimo rostro.

—¿Señor González?

En ese momento, los ojos de Leticia se abrieron incrédulos, al ver que Antonio salía del coche y abría la puerta, se metió en el coche con alegría.

—¿Te sorprende que haya venido a verte?

Al día siguiente.

Durante el desayuno, Leticia anunció la buena noticia de que había sido reclutada por otra empresa y había decidido abandonar el barco. Mientras tanto, Jaime podía seguir trabajando.

Todo parecía haber vuelto a comienzos, excepto que el mundo de Daniela se había puesto patas arriba.

12 del mediodía, el departamento de diseño publicitario de MT Media.

Como diseñadora, Daniela retrasaba su almuerzo por una idea. Media hora más tarde, terminó por fin su primer borrador y se levantó tras apagar el ordenador. Al pasar sus pies por el despacho del director, oyó inesperadamente unas voces que venían de detrás de la puerta.

—No seas tímida si quieres una promoción, ¡sé una buena chica y abre las piernas!

—¡Gerente, no, no... que duele!

Con la conversación sospechosa, no era difícil adivinar lo que estaba pasando.

Los ojos de Daniela se abrieron con sorpresa porque reconoció la voz de la mujer perteneciente a la amiga que la había ayudado una vez, Angela. Al segundo siguiente, empujó la puerta y entró casi sin pensar.

—¡Gerente!

En ese momento, vio a Angela cuya ropa se quitó sentada en su escritorio, mientras un hombre gordo estaba de pie frente a ella. La escena era tan vergonzosa que ella no pudo seguir mirando, pero no tenía la menor intención de irse.

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