¡SUÉLTAME, DIABLO! romance Capítulo 4

El tiempo parecía haberse detenido.

Después de un largo tiempo, Daniela se despertó. De repente, abrió los ojos y miró ida el entorno desconocido. Reconocía este lugar porque la habitación desordenada que tenía delante le recordó lo que había ocurrido la noche anterior. Pero ahora la luz deslumbradora le impedía distinguir por un momento si era de día o de noche.

Después de un rato.

En un silencio, de repente gritó ronca y lúgubremente.

Al instante siguiente, Daniela ignoró el intenso dolor de su cuerpo y se levantó de la cama para recoger la ropa del suelo y ponérsela. Finalmente, ni siquiera se atrevió a mirar atrás antes de salir corriendo.

Cuando salió del bar, sus ojos todavía no podían adaptarse a la luz brillante.

Daniela se detuvo y miró al cielo por un momento. De repente perdió las fuerzas y se cayó al suelo. No tenía fuerzas para levantarse, por lo que se acurrucó y los dedos blancos de tanto aferrarse al suelo.

Ella comenzó a sollozar. Estaba llorando de forma intermitente.

De repente se preguntó si esto era un cuento de hadas.

Entonces sería, en general, la desafortunada Cenicienta. Antes de encontrarse con su príncipe azul, conoció primero al diablo. Y éste le había metido en la cabeza una horrible pesadilla que no podría olvidar en su vida.

«Daniela... Olvida lo que pasó anoche. ¡Tienes que seguir viviendo!»

Unos minutos después.

Daniela se levantó con dificultad, dio pasos pesados y compró una caja de píldoras anticonceptivas en una farmacia cercana.

Luego, se gastó el único dinero que le quedaba y tomó un taxi para volver al barrio donde vivía.

Todo lo que tenía delante le resultaba tan familiar que antes había pensado que ésta era su casa y que todos los que vivían aquí eran sus familiares más cercanos. Sin embargo, ayer se enteró la verdad. Finalmente reconoció que en esta familia siempre había sido una extraña, una carga dejada por su difunto padrastro.

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