Nastya
(hoy en día)
***
- ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Tengo que verlo! ¡Sólo un minuto!
Estoy aquí de nuevo. Irrumpí en el despacho del médico jefe e insistí. ¡No puedo soportarlo más! No sé lo que está pasando en la cirugía. ¡Tengo tantas ganas de ver a Bulat!
¿Hay alguna esperanza?
¿Incluso una pequeña posibilidad?
La última vez me dijeron que Bulat había perdido mucha sangre...
Corrió a mi rescate con algún tipo de adrenalina.
Los médicos se quedaron boquiabiertos, sin entender cómo podía moverse en ese estado.
Es un infierno de dolor...
- No. Tienes que quedarte aquí en la maternidad, al menos unos días más - dice estrictamente mi médico de cabecera Zinaida Pavlovna.
- Bueno, te ruego...
- ¡No, Anastasia! ¡Soy responsable de ti y de tu hijo! ¡Aún no estás listo para ser dado de alta! ¡Ni siquiera hemos recibido las pruebas! ¡Tienes fiebre! ¡Estás pálido y demacrado! Vuelve a tu habitación, te darán un goteo. Y por el amor de Dios, ¡come algo! ¡Sólo un poco!
- Mi querido... se está muriendo..." lloré. Me cubrí la cara con las manos y me dejé caer en una silla, llorando.
Qué comida...
No puedo hacer que las migas pasen por mi garganta.
Me estoy volviendo loco.
En este momento mi más cercano y querido está luchando desesperadamente por su vida.
- ¡Silencio, silencio! - Zinaida Pavlovna se apresuró a consolarme. Inmediatamente me entregó un vaso de agua, haciéndome beber hasta el fondo.
La mujer me acarició la espalda, pero yo sólo me estremecí y temblé, recordando cómo sacaron a Bulat de la sala de posparto en una camilla. Lo llevaron a la unidad de cuidados intensivos.
- ¡Nastya, necesitas dormir! ¡Ahora! ¡Has estado de pie durante 24 horas! ¡No has comido nada, no has descansado nada! Piensa en el bebé... Podrías perder la leche.
- Estoy tratando... Estoy tratando... - Estoy temblando como una fiebre.
Mis nervios no lo soportan en absoluto.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Te tomo prestado