Te tomo prestado romance Capítulo 14

Pero a pesar de sus rancias palabras, Basmanov me besa de nuevo. Apoyó sus labios en mi cuello, inhalando el aroma de la piel suave. Besos cortos y sutiles se deslizaron por mi tensa espalda con sus hermosos omóplatos contorneados, y rápidamente rompió el beso.

Bien poco a poco.

La vagina le escuece de nuevo y el bajo vientre le da un tirón.

Basmanov gime roncamente y trabaja sus caderas con más vigor, apretando sus poderosas y firmes nalgas.

Pasan cinco minutos más o menos, que parecen veinticuatro horas.

Con cada empujón, se pone mucho mejor, y me doy cuenta de que ya no soy virgen. Me entra de lleno y vuelve a salir. El hombre me agarra del cuello, lo aprieta un poco, acelerando.

Un gemido gutural sale de su boca, mezclado con un siseo animal. Unos muslos fuertes y sudorosos golpean mis nalgas. Junto con los gruñidos y gemidos, las bofetadas amortiguadas llenan la habitación. Me está dominando, mostrando su nueva cosa en el lugar que le corresponde, y por eso ha elegido esta pose: para tenerme de rodillas.

De repente, siento que su enorme órgano dentro de mí se esfuerza, se hace aún más grande, sé que está a punto de suceder: se va a correr.

Gritando a través de las mandíbulas apretadas, Bulat se corrió dentro de mí, derramando semen. De repente siento un breve destello de algo tan ardiente y placentero, pero sólo durante un pequeño segundo. Esta sensación inusualmente agradable se desvanece rápidamente, dejando tras de sí un sabor amargo de irritación y frustración.

Casi me derrumbé de lado como un tonto. Débil, agotado, mientras mi captor me sujeta con seguridad, sin dejarme caer. Bulat sale suavemente de su seno, me coge en brazos y me tumba en el sofá. Se cernió sobre mí desde arriba, frunciendo el ceño, escudriñándome.

Rápidamente aprieto las piernas y me hago un ovillo, llevándome las rodillas al pecho al ver la sangre en mis muslos y en el sofá de cuero blanco.

Al verlo, soy plenamente consciente de la impactante realidad: ya no soy una niña. A partir de ahora le pertenezco - Bulat Basmanov. Un hombre poderoso y peligroso al que todos temen.

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