Te tomo prestado romance Capítulo 30

- Bien hecho, ¡estás bailando como un loco! Me gusta la diligencia con la que estás trabajando en esa deuda. Pronto le tocará a ella perder la virginidad", amenazó Bulat, presionando con su dedo el anillo anal.

- Oh..." me hizo retorcerme, apretando involuntariamente el anillo de mi culo.

Se me corta la respiración de la emoción. Nunca me habían tocado con tanta valentía. Además, nunca he tenido sexo anal antes.

- Pero creo que guardaré tu apetitoso trasero para el postre.

La emoción embota un poco la explosión que se avecina. Presa del pánico, pulso accidentalmente el botón del claxon con las manos.

¡Bib!

Me estremezco. Bulat se clava en mis nalgas danzantes con más fuerza, follándome a la velocidad del chorro. Aceleramos, ganando la máxima velocidad. Basmanov es tan fuerte y grande que me lanza al aire y me monta encima de él con facilidad. Todo el camino hasta el punto, hasta las estrellas del arco iris en mis ojos y mis gemidos vergonzosos.

Estoy en llamas. Me encanta lo sucio y lo prohibido. Atrevido y loco. Peligroso y vicioso. Orgasmo.

Mis ojos se oscurecen. El clímax está cerca. Sin embargo, de repente oigo el zumbido de los motores de los coches. Alguien se acerca. Echo un vistazo rápido por el espejo retrovisor y veo una caravana de todoterrenos en la carretera, que se acercan a toda velocidad hacia nosotros.

- Date prisa, tenemos compañía", el hombre me aprieta las dos nalgas con fuerza. Gruñe un mate ahogado y se corre violentamente, expulsando semen de su polla. Un fuerte chorro de líquido caliente golpea en lo más profundo de mi ser. Hay demasiado. Un lago entero. Su grueso y vibrante eje se contrae convulsivamente: sirve de punto de no retorno.

Tras correrse y limpiarse el sudor de la cara, el hombre me coge en brazos y me desliza hasta una silla cercana mientras yo capto los últimos segundos de éxtasis, sin pensar en nada.

Se pone rápidamente los pantalones, se sube la cremallera y sale a la calle en dirección a la fila de coches que se han detenido. A través de una bruma espesa y azucarada, oigo retazos de frases.

- Jefe, ¿está todo bien?

- ¿Qué pasa?

- Hubo un tiroteo en las afueras de la ciudad. Uno de sus vehículos fue atacado.

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