Te tomo prestado romance Capítulo 33

Antes de que pueda superar ese pensamiento chocante, puedo sentir los dedos mandones en mi culo, dando vueltas alrededor de mi anillo anal, preparándolo para mi primer sexo.

Aprietan el apretado agujero, penetrando lentamente en su interior, y yo... empiezo a respirar más fuerte y profundamente con la boca entreabierta mientras siento que poderosos remolinos de escalofríos atraviesan mi cuerpo.

¡No puedo creerlo!

¿Podría realmente estar disfrutando de todo esto? Como la forma en que mi ano está siendo tocado tan insistente y hambrientamente por los dedos de un hombre que no conozco. Es un agujero destinado a algo totalmente distinto. ¡Tocarlo, jugar con él es terriblemente indecente!

Pero, Dios, ¡se siente bien!

- Está apretado, está caliente... Quiero llevarte ahora.

El millonario comienza a girar su dedo más rápido, hundiéndose en su culo. Se detiene sólo para humedecer ese punto prohibido.

- Chúpalo. Chúpame un poco el dedo.

Presiona su dedo contra mis labios, apretándolo. Tomo ansiosamente el dedo del hombre dentro de mi boca y comienzo a chuparlo rítmicamente. La polla que está anidada tan despreocupadamente entre mis piernas, acurrucada contra mi muslo, se pone aún más dura. ¡Asfixiante y simplemente gigantesco!

- Mierda... ¡eres demasiado jugoso! Es imposible contenerse contigo. ¡Me he excitado en un segundo, Nastya! Estoy a punto de correrme sólo con verte chupar mi dedo.

Gemí suavemente en respuesta, sintiendo que mi bajo vientre se apretaba de forma insoportablemente dulce, exigiendo ser descargado.

- Es suficiente. Me muero de ganas de entrar hasta los cojones y convertirme en el legítimo dueño de tu culo.

Sale de mi boca. Mi culo toca algo húmedo, un poco frío, que me hace estremecer.

- Relájate.

Bulat desliza su mano bajo mi vientre, encontrando pliegues obscenamente húmedos. Frotándolos, empieza a hundir lentamente su polla en mi culo. Gimiendo con sensaciones asombrosas, tomo su gigante caliente dentro de mí con placer, lentamente pero con seguridad, sin un poco de miedo. El anillo de mi culo se expande, rodeando fuertemente el eje real, y entonces Bulat comienza a moverse cada vez más rápido, hundiéndose más y más en mí... No deja de burlarse de mi clítoris, aumentando las mágicas sensaciones mil veces más agudas.

- ¡Maldita sea!

Da un fuerte empujón y entra hasta la mitad. Con un dulce gemido, me empujé contra él, rogándole que entrara hasta el fondo.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Te tomo prestado