Te tomo prestado romance Capítulo 5

(Hace unas horas)

***

- Tanya, ¡hola!", balbuceo alegremente al teléfono. - ¿Cómo te va?

- Estoy bien, sólo estudiando para mi examen parcial, ¿cómo estás tú? ¿Nidificación, tortolitos? - Se oye una risa divertida en el altavoz.

- Más o menos.

- ¿Cómo es tu relación? ¿Te subes?

- Creo que Ilya es mi único hombre perfecto. Nunca hemos tenido una pelea, ¿puedes creerlo? - Me jacto con mi amigo.

- ¿Lo amas?

- Sí", me derretí como un cono de helado en el calor mientras dibujaba en mi mente al hombre que amo.

He tenido mejor suerte en el frente del amor, a diferencia de Tanya. Los novios de Tanya no están funcionando; ha salido con tres chicos en seis meses, y los ha mandado a todos a paseo durante mucho tiempo. El segundo resultó ser un mujeriego, el tercero estaba casado y tenía un hijo, y decidió utilizar a su amiga como amante.

Conocí mi felicidad hace relativamente poco tiempo. Hace unas semanas que me mudé de la residencia y ahora vivo con el hombre que amo. Conocí a Ilya hace dos meses en un pequeño restaurante donde tengo un trabajo a tiempo parcial como estudiante del instituto de alemán. Estudiaba en el instituto hasta la hora de comer y luego me iba corriendo a trabajar. Por la noche corrí a la residencia, donde compartí habitación con una chica muy agradable, Tatiana, futura psicoterapeuta.

Ilya es siete años mayor que yo, pero eso no me asusta. Es guapo, alto y moreno con ojos azules oscuros. Ilya tiene su propio piso, que heredó de su abuela, y también dirige su propia pequeña empresa de construcción y la desarrolla con diligencia.

Nos conocimos cuando le servía en un restaurante. Nos miramos a los ojos y nos dimos cuenta de que nos teníamos un afecto mutuo. Esa misma noche, escribí mi número de teléfono en una servilleta. Aunque me sentía terriblemente avergonzada, superé esa desagradable sensación de inseguridad y di el primer paso. Ahora no me arrepiento, porque podría haber perdido mi oportunidad.

Entonces empezamos a vernos, a cruzar caminos, poco a poco. Caminamos por la ciudad, acercándonos y conociéndonos. Nos besamos por primera vez en lo más recóndito del cine, y luego Ilya me pidió que me mudara a su piso porque quería cuidar de mí.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Te tomo prestado