Tenias que ser tu romance Capítulo 24

Registrada en SAFE CREATIVE

Bajo el código: 2011045801413

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©

—¿Dónde estuviste en todo el día? — le preguntó Minerva a Fernando tan sólo entró por la puerta de la casa.

—Creo que ya lo sabes madre, algún de tus tantos espías seguro ya te lo dijo— respondió el sin voltearla a ver mientras iba directo a la pequeña barra que tenían y se servía tequila en un vaso, después sin pensarla mucho, se lo tomó de un sorbo haciendo muecas al sentir el ardor del líquido en su garganta, se sirvió otro un poco más lleno.

—¿Piensas tomar hasta desfallecer? — le preguntó su madre— por lo que veo no has parado de hacerlo en todo el día.

—¿Cuál es tu punto madre?, ¿ya te aburriste de preparar tu fiesta?

—¡Es tú fiesta! — le reclamó ella— tuya y de tu prometida, que por cierto desde que llegó no has pasado ni un minuto con ella.

—He tenido mejores cosas que hacer.

—Pelearte a golpes no es algo mejor qué hacer, pasarte borracho en los restaurantes del malecón no es mucho que hacer, ¡qué te está pasando por Dios Fernando!, ¿cuál es tu problema? — le reclamó su madre.

Él volteó a verla con todo el coraje que traía en ese momento y la enfrentó — tú eres mi problema— murmuro con su aliento a alcohol— tú, tus mentiras, tus juegos y tus pequeñas venganzas, eso es.

Minerva se quedó en silencio mientras escucha lo que su hijo le decía, era oficial, lo había perdido y sabía que era por culpa de Paula de la O. Ella le arrebató el vaso y lo tiró hacia el suelo rompiéndolo de inmediato.

—Entiéndeme Fernando, yo sólo quiero tu bien, quiero que seas feliz.

—¡Y tú qué sabes de felicidad!, ¡si la mitad de tu vida te la pasaste quejándote de papá y la otra llorándole mientras lo maldices!, tú menos que nadie sabe de felicidad cuando no la ha sentido en el corazón, cuando no la ha visto en los ojos de nadie, te convertiste justo en la mujer que criticabas, a mi abuela, ¿recuerdas?, y ahora eres ella, creando rumores, levantando falsos y sabes qué es lo peor, que lo lograste.

—¿Qué? — preguntó Minerva con el rostro duro.

—Lo lograste, lo lograste y ahora no hay nada más qué hacer.

—No entiendo que dices.

—Paula de la O es parte de mi pasado como tanto deseabas, como tanto lo escondiste por años, ahora ella está con Iván y tienen planes de llevar la relación a otro nivel.

Minerva hubiese querido esbozar una sonrisa al saber que se había quitado de encima a Paula de la O, pero no lo hizo, simplemente se llevó la mano a la frente para masajearla y luego se dio la vuelta.

—Me da gusto por ellos.

—No, no te da gusto, no por ellos, ni por ti, ni por nadie, así que madre sólo te voy a pedir que los dejes en paz, que dejes que sean felices que Paula pueda tener un momento de paz en este lugar y sea feliz como siempre lo ha deseado. Si no lo puede ser conmigo, le prometí que pararía todo.

Minerva pasó saliva, luego volteó a ver a su hijo y le sonrió levemente— Los rumores…

—Fueron por tu culpa— interrumpió su hijo— ya no más madre, ya no más— habló Fernando y tomó la botella de tequila para darse la vuelta y salir del despacho.

—¿Eso quiere decir que estarás presente en la fiesta? — preguntó.

—Estaré… — habló él como si no hubiese de otra — Natalia no se merece este tipo de situación, así que supongo que todo volverá a la normalidad, ahora si me disculpas… estoy rendido, me iré a mi habitación.

—Buenas noches— respondió Minerva sin alegar más, ya había obtenido lo que quería y su hijo por fin se alejaría de Paula de la O, ahora sólo tenía que asegurarse de que no cambiara de opinión.

Así que tal sólo escuchó como Fernando azotaba la puerta de su habitación, subió para dirigirse hacia la habitación de Natalia, que cansada del calor se había ido a dar una ducha y ahora cenaba en la pequeña mesa que había en el cuarto, tocó la puerta y en seguida la joven le abrió con una sonrisa.

—Minerva, ¡qué sorpresa!

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Tenias que ser tu