Tenias que ser tu romance Capítulo 25

Registrada en SAFE CREATIVE

Bajo el código: 2011045801413

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©

El incendio de la empresa de los Saramago fue causado por la vieja instalación de luz que tenía años sin ser renovada. Cuando Fernando llegó, los bomberos ya se encontraban en el lugar apagando las enormes llamas que sobresalían del asfalto y cinco ambulancias atendiendo a los heridos, entre ellos Iván, su amigo.

Fernando se acercó buscando a su madre para saber si ella estaba ahí pero según le dijeron se había ido al hospital con su tío ya que había sido el primero en salir gracias a Iván que lo había sacado, ¿pero qué hacía Iván en la empresa?, se acercó a él mientras le ponían el oxígeno para mientras le curaban una herida.

—¡Iván!, ¿qué fue lo que pasó? — preguntó desesperado.

El joven volteó y lo vio a los ojos que los traía rojos por el humo—tu tío y yo íbamos a hacer un trato para enviar mercancía al nuevo almacén cuando la alarma sonó en el edificio principal y cuando supimos ya estaba prendido en llamas. Entre tu tío y yo sacamos a los que pudimos, hasta que a él le cayó un tablón sobre el hombro y lo tuve que sacar, casi me cuesta la vida.

—Gracias— murmuró.

—Iván, te tenemos que llevar al hospital para revisarte los pulmones— le dijo el paramédico que se encontraba atendiéndolo.

Él sólo asintió y se subió a la parte de atrás de la ambulancia seguido por Fernando — Ya no tengo nada que hacer aquí por ahora, así que me iré al hospital contigo para ver a mi tío.

Iván asintió con la cabeza y luego se cerraron las puertas del la ambulancia llevando a los dos amigos dentro. Mientras Fernando veía a Iván recostado, con los ojos cerrados y la piel con manchas negras debido al humo, no podía dejar de pensar en las cartas de Paula, en que posiblemente las habían enviado a la empresa y se había deshecho en el incendio. Jamás sabría lo que ella le escribía y tampoco se quedaría con un recuerdo de ella, ya que al parecer lo suyo se había terminado de tajo antes de comenzar.

Llegaron al hospital, donde a Iván lo internaron de inmediato y Fernando tuvo que ir a buscar a su tío y a su madre que se encontraban en el nivel 7 y subió las escaleras. Al entrar a la habitación, vio a su madre sentada en la silla de al lado de la cama, mientras su tío yacía recostado dormido.

—¡Fernando! — expresó su madre en un tono dramático y luego se puso de pie para ir hacia él y abrazarlo.

De pronto los abrazos de su madre se sentían diferentes, extraños, forzados, pero en este momento no era correcto rechazarla —¿Cómo está mi tío? — habló.

—Bien, es todo un héroe, sacó a todas las personas que pudo del lugar, dicen que tiene el hombro dislocado, algunas quemaduras pero nada grave, lo tienen aquí en observación por los pulmones, pero si todo sale bien para la tarde o mañana temprano se encontrará de nuevo en su casa.

—Me da gusto— murmuró Fernando y se separó de su madre para ir a ver a su tío que no reaccionó ante su presencia, al parecer tenía un tipo sedante. Lo observó unos segundos serciorándose de que todo estuviera bien—me dijeron que la instalación eléctrica estaba mal— habló.

—Sí, teníamos un poco de problemas con ella pero jamás pensamos que llegaría a estos niveles, ahora hemos perdido el edifcio principal y casi perdemos los dos de al lado. Afortunadamente la fábrica se encuentra lejos si no hubiese sido una desgracia.

—Una desgracia, sí— respondió Fernando observando aún a su tío.

—Ahora tendremos que buscar a un arquitecto que nos haga el diseño del nuevo edificio y…

—¿Qué pasó con el arquitecto que lo diseñó? — interrumpió Fernando.

—¡Ay mi amor! — expresó Minerva en tono de ternura— él ya está muy viejo.

—Qué lástima porque hizo un buen trabajo — sentenció el joven— lo digo porque sólo pase la fiesta de compromiso, Natalia y yo nos regresaremos a Barcelona.

Minerva abrió los ojos sorprendida mientras lo veía al rostro —¿Tan pronto?, pero, me dijiste que sería al final del verano y además sería increíble que tú diseñaras el edificio y…

—No tengo mucho que hacer aquí, Natalia se aburrirá pronto y mejor regresamos a Barcelona para continuar con nuestra vida y planear la boda que seguro será en la casa de sus padres, lo decidimos ayer por la noche.

Minerva se quedó en silencio, el plan era que Natalia y Fernando se reencontraran, que él volviera a estar con ella y revivir el romance, pero jamás pensó que su hijo tomaría una decisión tan arrebatada, al parecer todo lo que ella hacía sólo provocaba que su hijo se alejara cada vez más.

—¿Estas seguro?

—Absolutamente, si quieres en estos días que me faltan puedo hacer una evaluación y posiblemente un boceto del edificio para que otro arquitecto lo termine, y luego me iré.

—Nada le daría más gusto a tu padre que la nueva imagen de la empresa y el nuevo edificio fuera hecho por su hijo— habló Minerva nostálgica.

—Pues lo siento mamá, las cosas han cambiado. Ahora sí me disculpas iré a buscar algo de beber porque muero de sed, regreso en unos minutos.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Tenias que ser tu