Tenias que ser tu romance Capítulo 73

Registrada en SAFE CREATIVE

Bajo el código: 2011045801413

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©

Instagram:@theanamartinezexperience

La muerte de Natalia había destapado tanto que aún para Fernando y para Paula era imposible creerlo. Un secreto que por años había sido enterrado, se había descubierto en cuestión de días quitándole la vida a dos personas que habían sido víctimas de Minerva de Saramago y de ahora Francisca Mier, sin contar todas las que habían arruinado, incluyendo la de Paula de la O.

Así, mientras el cuerpo De Santiago de la O yacía sobre el piso cubierto con una manta y los paramédicos se llevaban a Francisca Mier inconsciente en una camilla, Paula no deja de llorar desconsoladamente por lo que había pasado. Sentía tantas cosas que no podía distinguirlas ni controlarlas. Tenía un gran alivio por haber descubierto la verdad y un gran pesar al ver que su padre había muerto y que no le había dado tiempo de despedirse de él.

Sí, era verdad, Santiago de la O no había tenido la mejor reputación en estos últimos años. Él se había dejado llevar por la tristeza lo que le había sumergido en un abrimos de drogas y alcohol. Había descuidado a su hija al grado de que él creía los rumores que decían y le había negado el cariño y apoyo pero, Paula, sabía que por dentro era un hombre cariñoso y bueno y, que alguna vez en su vida, fue el mejor padre de todos.

― Lo siento mucho Paula― le habló por fin Aitor después de que la policía se llevara las evidencias y tomara declaración de los presentes ― no se merecía este final.

― Al menos se fue sabiendo la verdad, creo que tomaré eso como consuelo ― le contestó. Paula se limpió las lágrimas ― ¿Cómo descubriste que mi tía era la amante?

Aitor suspiró ― Natalia, al parecer tenía grabada una conversación entre Iñaki y Francisca, donde ella le confesaba que ella era la verdadera amante de Fernando Saramago.

― ¿Iñaki lo supo todo este tiempo?― preguntó Fernando sin poderlo creer.

― No, la fecha de la grabación era de dos días antes de su muerte, supongo que la obtuvo para chantajear en caso de que algo pasara, tal vez ella por alguna razón temía por su vida, nunca lo sabremos.

Fernando negó con la cabeza ― Natalia pensó que podía ganar el juego y salió perdiendo.

― Al parecer si pero, al menos no murió en vano. Ahora saben la verdad y eso es lo que importa. Si ustedes me permiten, indagaré un poco más como es que Fausto cortó los frenos del auto de tu padre y todo lo demás que ha quedado aún en el aire.

Paula abrazó a Aitor ― muchas gracias.

― De nada. Jamás pensé que me tocaría un caso así. Ahora, si me disculpan, tengo que ir a pasar el reporte sobre Natalia para enviarlo a Barcelona, sus padres lo están esperando, ellos también necesiten cerrar el caso.

― Claro que sí― comentó Fernando y lo abrazó ― gracias por creer en nosotros.

― En mi trabajo no se cree en nadie pero, ustedes me daban un buen presentimiento― confesó para luego retirarse de ahí.

Iván se acercó a ellos y Fernando lo miró ― ¿me perdonas? ― preguntó.

― ¿Por haberme acusado de matar a tu mujer?, o, ¿por robarte a la mía? ― preguntó en un tono un poco frío. Luego vio a Paula ― me tengo que retirar, debo ver algunas cosas, ¿vas a estar bien?

― Estaré bien ― respondió Paula y lo abrazó ― gracias Iván.

Él le dio un beso sobre la coronilla y acarició su cabello ― de nada.

Iván salió de la habitación y solo se quedaron Fernando y ella solos en el lugar. Él la tomó de la mano y sus miradas se cruzaron. Sí, este era el momento de declare su amor, de gritar a los cuatro vientos que todo estaba arreglado pero, sabían, que había algunas cosas por arreglar.

― Iré a preparar todo para el velorio de tu padre.

― Fernando…

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Tenias que ser tu