Tenias que ser tu romance Capítulo 74

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El velorio de Santiago de la O estuvo bastante vacío. Al parecer, había perdido muchos amigos a lo largo de estos años y solo hubo uno que otra persona que se acercó a darle sus respetos. Aún así, entre Iván y Fernando se encargaron de que hubiese flores y muchas y que tuviera la misa correspondiente antes de la cremación. Esa mismo día, Paula de la O fue a su playa favorita y tiró las cenizas de su padre en el mar. Ya no había nada más que hacer aunque esto aún no se había terminado.

Francisca Mier había sobrevivido, pero los disparos la habían dejado paralítica así que le sería imposible valerse por si sola y necesitaría a alguien que la cuidara; evidentemente no sería Paula de la O y mucho menos Iñaki, que para ese entonces ya estaba a kilómetros de distancia abandonándola por completo a su suerte.

Cuando salió del hospital, Francisca regresó a su casa, solo para encontrarse son Paula de la O que, al verla, no hizo nada más que darle sus cosas y pedirle que se fuera de ahí ya que esa no era su casa.

―¿En serio me dejas así? ― preguntó sin rodeos― en una silla de ruedas, sin donde vivir.

Paula, sonrió. Tal vez otros podían calificar su acto como algo despiadado y la clasificarían como mala sobrina pero, a ella, ya no le importaba. Después de todo el sufrimiento que Francisca había causado, de los secretos que había guardado y la muerte de sus padres, se merecía la calle, el abandono y la desolación.

―Debiste pensarlo antes de hacer todo esto ― le respondió ― te dije que algún día sabrías lo que era sufrir, así que ahora, toma tu sonrisa patética y lárgate de aquí.

―Pero, no tengo dinero― comentó.

―Lo sé, pero tampoco es mi culpa, ¿por qué no vendes una de las joyas que te regalaba Iñaki?, tal vez esas te sirvan para mantenerte. Pero, tía, yo ya no te quiero aquí en esta casa, ni en mi vida.

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