TODO SE VA COMO EL VIENTO romance Capítulo 22

La casa siempre había estado desierta, y tras el incidente con el bebé, Mauricio se negó a volver. Su ausencia también fue un alivio para mí.

Para hacer más real mi episodio, apenas salí de la mansión, y le pedí a Alba que trajera todo lo necesario.

Por la tarde.

Alba llenó la nevera con varios nutrientes y me explicó cómo debía alimentarme de ellos, después se acercó a mí y habló:

—Directora, el último pago del Hospital Municipal se retrasa, el sector financiero no deja de llamarme. ¿No sería mejor que te pusieras en contacto con el director José?

Estaba comiendo jackfruit, pero ya no podía soportar el olor, así que lo tiré a la basura. Al ver que Alba seguía de pie obedientemente, le pedí que se sentara, le limpié las manos y le pregunté:

—¿Cuántos días lleva el director José de retraso?

—Durante más o menos dos o tres días —respondió ella:

—No fue mucho tiempo, pero la cantidad es enorme, y la empresa pretendía utilizar este dinero en el desarrollo de nuevos mercados. Y ahora, con el retraso, está perjudicando los beneficios del próximo trimestre.

Asiento, el flujo financiero del Grupo Varela siempre ha sido rápido, el retraso de cualquier socio perjudicaría un poco a la empresa. Sin embargo, el importe de la acción del director José era enorme, aunque no lo utilizara para invertir, con sólo dejarlo depositado en el banco durante dos o tres días, ya tendría unos ingresos considerables.

Después de pensar un rato, dije:

—El director José siempre ha sido una persona de palabra, como me quedé en casa muchos días recuperándome, terminé olvidando esto, es mi responsabilidad, hablar con el sector financiero que en cuanto me mejore, resolveré el negocio.

—¡Muy bien! —Tras contestar, se levantó para preparar la cena.

Encendí mi teléfono móvil y miré los mensajes de texto que me había enviado Silvana:

—Sra. Iris, ¿cómo se siente? José consiguió hacer circular los fondos, muchas gracias por su ayuda.

Me parece que has conseguido resolver los problemas, puedo seguir con el trabajo. En cuanto respondí al mensaje de Silvana, llamé al director José y concerté la fecha del pago final y luego firmé el contrato de finalización.

Después de solucionar esto, Alba también había terminado de cocinar y como tenía otros compromisos, no la invité a quedarse. Al notar que se apresuraba, le dije:

—Me he recuperado lo suficiente, puedes quedarte en la empresa para ocuparte de las cosas. He concertado una cita con el director José mañana para tratarlo pronto.

Me miró, preocupada, y preguntó:

—¿Seguro que estás bien? He oído que después de un aborto hay que descansar quince días, pero sólo han pasado unos días.

Le sonreí y le dije:

—Mírame, ¿parezco enferma? Además, si no termino esto pronto con el director José, sólo se retrasará aún más el pago, imagínate el daño que sufrirá la empresa. Si llegaba a ese punto, el asunto con Mauricio ya no sería sencillo, ya no me trataría con tanta amabilidad.

Si perdía más tiempo aquí, retrasaría mis planes, y la barriga no haría más que crecer cada día, si para entonces no hubiera terminado definitivamente con Mauricio, sólo empeoraría todo.

Ahora sólo podía apurar los pasos, resolver todo, y después buscar la oportunidad de salir de Ciudad Río.

Al oír esto, suspiró y me miró incómoda:

—Bien, pero pon tu salud en primer lugar.

Cuando Alba se fue, volví a la mesa del comedor. Sentí la soledad y aunque la mesa estaba llena de comida no tenía ganas de disfrutarla. Al anochecer, tampoco tenía ganas de salir.

Probé un poco de los platos y volví a la habitación. Mauricio no volvía y yo tampoco tenía nada que hacer, así que decidí leer algunos libros y buscar en internet un piso en Ciudad de Nubes. Si decidiera vivir allí, necesitaría un alojamiento cómodo para la madre y el bebé.

En ese momento sonó mi móvil y me sobresalté, el identificador de llamadas indicaba que era Gloria, entonces contesté, antes de poder hablar, mi oído ya había sido bombardeado.

—¡Mujer malvada! ¿Has abortado?

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: TODO SE VA COMO EL VIENTO