Tú decidiste Rechazarme romance Capítulo 29

Samara Pov:

- Nuestro vuelo sale en 49 minutos- dijo Cassandra mirando su teléfono.

- Entonces nos quedan solo 30 minutos para comprar algo de comida o lo que queramos, antes de que subamos al avión- dijo Jessica.

- ¿Que quieres comprar? - le preguntó a Mary Anne.

- Quiero dulces y chocolate- me dijo con una sonrisa tierna, ¿Quién le puede decir que no a una niña tan dulce como ella? Y en especial cuando te mira con esa carita.

- Vamos a la tienda- le digo para después agarrarla de la mano mientras nos acercamos a la tienda de comestibles.

Nos dirigimos a la tienda de golosinas más cercana a nuestra sala de embarque. Cuando entramos nos dirigimos a la sección de chocolates que le encantan a Mary, aunque sentía que alguien nos miraba desde que entramos a la tienda.

Empiezo a mirar alrededor de la tienda, buscando quien podría estar mirándonos.

- Quiero 3 barras de chocolate- me dijo sacándome de mi breve búsqueda, volteo a mirar mientras ella agarraba tres barras de diferentes chocolates- Una botella de agua- fuimos a sacar una de la maquina refrigeradora, también saque una para mí- Una bolsa de maní dulce y maní salado- la mire e infle los cachetes.

Empezamos a reír.

Yo agarre un par de gomas de mascar y un pote de crema de avellanas, nos dirigimos a la caja a pagar, cuando llegó dejo las cosas en él mostrados para sacar mi billetera de la cartera que llevo.

- No se preocupe, yo invito- dijo una voz masculina, volteo levemente y lo veo parado a mi lado.

Mary mira hacia la dirección de aquella voz y salta a sus brazos.

- ¿Malcon? - dije impresionada.

- ¿Hay otro? - pregunto divertido.

Reí al escucharlo, lo abracé con fuerza.

- ¿Qué haces aquí? - le pregunte sorprendida- ¿No deberías estar en la manada? Como me dijiste, que eres el beta- le dije recordando la charla que tuvimos hace unos días- Y la manada te necesitaba más que nunca.

- Estoy siguiendo tu consejo- me interrumpió- Estoy viajando hacia Cuba ahora mismo.

Sonreí ampliamente, estoy tan feliz que esté siguiendo mi consejo.

(...)

Una semana antes...

Tocaban la puerta de mi habitación, miro mi teléfono para ver la hora y es media noche. Es tarde, aunque ni siquiera me despertaron seré sincera, sigo nerviosa, espero que funcione la poción.

Me pongo mi bata y bajo las escaleras para llegar a la puerta de mi habitación. Cuando la abro me encuentro a una Julissa muy alterada.

- Princesa, afuera hay un joven que la está buscando- la miro extrañada, volteo a ver por la ventana de mi habitación y puedo ver que está lloviendo a torrenciales afuera- Eso me dijeron los guardias, no me dejaron salir a ver quien era, pero el muchacho dice que necesita verla con urgencia.

- Vamos- le dije saliendo de mi habitación.

Ella baja más rápido que yo, yo voy a un paso moderado. Bajo las escaleras y cuando llego al primer piso miro a los guardias que están protegiendo la puerta.

-Ábranla- ordene, los cuatro guardias se miraron entre ellos- Que la abran- dije con mi voz de Alfa.

Cuando lo hicieron pude ver a un tipo más alto que yo, un cuerpo completamente empapado, un cuerpo que yo ya conocía. Mire su rostro y su cabello, estaban mojados al igual que su ropa; solo que su ropa estaba rasgada y sucia con lodo.

Esa forma de mirar de él ya me la sabia de memoria, él estaba mal.

- Malcon- dije dando un paso hacia él.

-Samara, necesito que me ayudes- me dijo con voz de súplica.

- Claro que si, pasa- me hizo caso- Julissa, despierta a alguien más para que te ayude, tráele ropa seca para que se cambie y prepara chocolate caliente con algo para comer.

- Si princesa- asintió y salió del salón.

- Vamos a la sala, Malcon.

Él asintió y me siguió hasta la sala, nos sentamos en el sillón mas grande, él a un extremo y yo en el otro.

- ¿Qué sucedió? - le pregunte preocupada.

- Es una larga historia, Sam- suspiro frustrado, bajo la mirada- Lamento despertarte.

- Tienes suerte- levanto su cabeza y me miro con una ceja alzada- Tengo insomnio- le sonrió y él me imita.

- Entonces será una larga noche, creo que te tendrás que poner cómoda- subí mis pies al sillón y me acomodé mejor.

- Sabes que me gustan las historias- ambos sonreímos.

(...)

- Debes ir- le dije sin titubear apenas me termino de contar.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Tú decidiste Rechazarme