Tu no me mandas romance Capítulo 10

La comida está transcurriendo cómodamente, mi padre y tío hablan, cuentan chistes a lo que me rio ya que ya extrañaba esto, pero solo hay una cosa que no me agrada, Damián no despega su mirada penetrante de mí, eso hace que me sienta nerviosa, cuando mi tío está contando un chiste yo no aguanto más la mirada de Damián y digo:

-Voy al baño, no tardo- ellos asienten sin prestar atención pero Damián sigue mirándome como queriéndome decir algo así me levanto para dirigirme al baño.

Cuando entro me veo al espejo viendo que tengo más ojeras que de costumbre, para quitarme el dolor de cabeza que me está dando me mojo las manos y me las paso por la nuca, eso siempre me ha relajado desde que era muy niña, cuando ya estoy un poco más relajada doy un suspiro y salgo y para mi sorpresa me encuentro con un Cristian saliendo del baño de los barones.

-Que sorpresa encontrarte aquí- digo viéndolo a lo que él se gira sorprendido y me ve para luego sonreírle.

-Hola señorita Bech- yo ruedo los ojos para luego acercarme a él hasta estar a su lado.

-Llámame Raisa, total eres y mi jefe y próximamente mi amigo, además en eso habíamos quedado recuerdas- el asiente mientras sonríe y es la verdad él así como se ve tan tímido es todo un cerebrito tanto así que siendo como tres años mayor que yo ya es gerente de toda la zona donde trabajo y yo creo que tendrá un brillante futuro.

-Está bien Raisa, próxima amiga- se rasca la cabeza.

- Y ¿con quién estás comiendo?-le preguntó pero su semblante cambia radicalmente de una sonrisa a una mueca sombría a lo que me arrepiento de haber preguntado.

-He venido por mi hermano para que me presente a su prometida- sonríe amargamente pero me mira a los ojos y sonríe.

-¿Y tú con quién has venido? -me lo dice caminando a lo que yo sigo sus pasos.

-He venido con mi padre y unos conocidos- omito la parte de que esos conocidos son ,mi tío preferido y el hombre que no hace mucho rompió mi corazón e ilusiones.

-Bueno me retiro, un gusto verte, tengo que ir a ver a mi hermano y su prometida- de nuevo me sonríe con esa sonrisa triste, asiento dándole un beso en la mejilla para dirigirse a la mesa ya que su mesa está al lado contrario de la cual están esos hombres, cuando volteo a verlos, mi padre y mi tío hablan pero esta vez sin una sonrisa, mientras Damián me mira con el ceño fruncido y esa mirada que me mira más que furioso para luego fijar su mirada detrás de mí donde se encuentra Christian.

Llegó hasta la mesa y me siento en mi lugar, todas las miradas se centran en mí pero cada quien me ve diferente, papá se ve preocupado y serio, mi tío se ve de la misma manera y Damián me ve furioso con el ceño fruncido, su mirada me hace sentir intimidada.

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