Tu no me mandas romance Capítulo 14

RAISA 

Hoy es un día muy bonito ya  que no hace ni calor ni frío, faltan dos horas para salir del trabajo, mi trabajo ya se me está facilitando más, y lo bueno de comenzar desde abajo es que me esfuerzo más para subir de nivel, a pasado cuatro días desde que fuimos a la casa de los Tuell, y la verdad me siento mucho mejor al no verlo, es como si una parte de mi alma descansara pero la parte masoquista y acosadora quiere saber qué hace y que pasa a cada minuto con su vida, por la parte de Jade ni que decir, ella está loca de por sí pero estos días ha estado callada raro de ella, como si estuviese distraída, le preguntó qué le pasa pero ella solo me responde que ha tenido jaqueca, pero yo no me lo trago y es raro que no me lo quiera decir.

-Raisa ¿le puedes llevar estos papeles al señor Bach?- asiento a la pregunta de Melody la que es como mi jefa, es un poco amargada, no habla con nadie de la empresa pero es muy  buena en su trabajo y por eso la admiro.

-En un momento la señorita Pres- tome los papeles y con una gran sonrisa me dirijo al ascensor, cuando llego a la oficina de mi padre me encuentro con Arion el secretario y mano derecha de mi padre, él trabaja para papá desde que tengo memoria es muy callado y observador pero siempre me brinda una amable sonrisa.

-Señorita Raisa su padre la espera- sonrió y entró a la oficina de mi padre, el cual está sentado viéndome muy sonriente.

- hola capullito, que bueno que viniste justo estaba por llamarte para que me acompañaras- se para de su silla, yo me acerco a su escritorio y dejo la carpeta en su escritorio.

-Y ¿a dónde te voy a acompañar?- me acerco y lo abrazo, me separo con mi gran sonrisa y él me la regresa.

-Pues a la empresa Tuell- se me va borrando la sonrisa poco a poco cuando lo escucho- no pongas esa cara, desde que llegaste a Atenas no has ido y eso que antes de que fueras a esa universidad te la vivías allá- dice caminando a la puerta, si supiera que la razón por la que ya no insisto en ir y pongo excusas es para no toparme con Damián, sentir tristeza porque él no es mío ni lo será.

-Qué esperas, vamos- me dice a lo que resoplo dirigiéndome a la puerta. 

Cuando vamos en camino se me hace que los minutos son segundos ya que no quiero llegar a mi destino.

-Hemos llegado baja- asiento bajando del auto y los dos caminamos a la compañía la cual la conozco como la palma de mi mano, desde pequeña he venido con Jane y Damián recuerdo cuando nosotras nos poníamos a hacer travesuras y escuchar chismes de los empleados, aunque también me servía para espiar a Damián en silencio, él cuando venía muy pocas veces se quedaba con nosotras, él más bien iba a la oficina de su papá a observar y aprender o se ponía a leer los libros de finanzas los cuales eran avanzados para su edad lo que me hacía admirar más de lo que lo hacía, siempre quise ser mejor para estar a su nivel, lo cual nunca pasó, él desde pequeño ha sabido lo que quería, ser el mejor en los negocios, administrar la dirección, y lo está consiguiendo, es como un cuervo.

-Hemos llegada- me dice mi papá a lo que veo que he estado tan sumida en mis pensamientos acerca de mi niñez aquí que no me he dado cuenta que estamos enfrente de la oficina de mi tío, papá entra y yo entro después de él.

-Tiempo que no te veo- se para mi tío y abraza a mi papá como siempre, como si no se hubieran visto desde hace mucho cuando no ha pasado ni una semana, mi mamá y mi tía son igual pero ellas no trabajan con sus esposos ya que ellas hace mucho pusieron una marca de joyería la cual se hizo famosa, la cual ellas manejan perfectamente, como también se encargan de la compra de empresas en la quiebra.

-Y tu niña malcriada no has venido en todo el tiempo que has estado aquí, eso me hace sentir triste ya no quieres a tu tío- hace un puchero mi tío y yo me tiro a abrazarlo, él y mi padre en eso se parecen con los desconocidos o la demás gente pueden ser unos desconfiados, manipuladores y crueles, pero con su familia y personas queridas son unos cachorritos que los manda su mujer.

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