Tu no me mandas romance Capítulo 25

Raisa.

 -¿Puedes venir a mi casa?, quiero hablar -dije por llamada.

- Si claro, en media hora voy solo espera- colgó Jane.

 Me acosté en mi cama mirando el techo recordando lo que ocurrió hace nada, como fui tan fácil a decirle a Damián que lo intentaría o algo así, y pienso en que quisiera ser una persona fuerte, como mamá, Jane o otras chicas  que dicen lo que piensan y no tienen miedo al que dirán, no se dejan vencer por nada en cambio yo, yo soy tan estúpida, nunca me he defendido de algo, nunca he hecho algo que sea grande por mi, nunca he enfrentado mi miedo de quedarme sola, algunos pensaran que el estar solo los alivia pero yo le tengo miedo, no hacer algo bien, quedarme sola, y se que suena tonto pero siempre e idealizado a Damián, desde pequeña pensé que el era mi príncipe con el que siempre iba a estar y me iba a cuidar, siempre me pensé que necesitaba a alguien para que me cuide, y ese era el, estoy tan... no se que palabra  describe lo que siento por el, que nunca me a interesado otro por más que lo intente, cuando salía a citas solo pensaba o los comparaba con el, que me terminaba yendo y es tan irritante quererlo, y es tan doloroso intentar olvidarlo, y ahora que por fin se cumplió uno de mis únicos sueños, el que el por fin se fijase  en mí me causa conflicto, yo lo he intentado superar, lo juro solo dios sabe cuanto lo e intentado superar, y ahora que él se fijó en mí yo simplemente no lo se, porque creo que me debo de valorar un poco , no conformarme con un no sé, o con ser suya desde las sombras, una simple amante, o un capricho porque eso es, yo quiero mas yo creo que todos merecemos más que ser una simple diversión de vez en cuando, y más cuando queremos más de esa persona, y así con eso en la cabeza me repito en la cabeza lo que me he repetido por años, yo valgo lo que quiero valer, si creo que valgo solo como algo pasajero eso valdré, pero yo valgo para más.

- ¿En qué piensas?- siento como me acarician el cabello, abro los ojos y mire a Jane que está sentada en la cama- ¿Por qué lloras?- me llevo mis manos a mis mejillas y veo que es verdad.

- Ayer tu hermano me llevó con él, al parecer hice todo un show subiéndome a un escenario bailando y manoseándome con un tipo-  Jane suelta una carcajada, yo también me río tuvo que haber sido divertida.

-Tu si que te divertiste, lo bueno que es privado el club porque si no ya me imagino tu saliendo por primera vez en una revista de chismes con el título " la inocente Raisa Bech deja su prominente carrera para ser stripper ¿Cuánto cobrara por un privado?- se ríe de sus babosadas y yo niego sonriendo sentándome en la cama junto a ella-  solo te dejo sola unos quince minutos y ya andas animando la fiesta y luego dicen que yo soy la que te profano, si supieran que es al revés.

- O tal vez es porque de tanto que me junto contigo ya te estoy copiando mañas- asiente.

-Eso debe de ser, pero cuéntame qué más pasó- asiento tratando de recordar por mi misma pero algunos recuerdos son borrosos.

-Pues por lo que me dijo Damián me bajaron del escenario y me llevó con él, pero en la recepción de su departamento vomité al recepcionista y le debo unos zapatos- se ríe.

-Bueno ya vimos que te la pasaste bien, y ¿luego qué pasa?, pero es obvio cogieron- lo dice decidida pero yo niego y se me subieron los colores.

- !Que¡, no, luego de eso para que se bajara la borrachera me mojo con agua fría y me cambio de ropa y antes de que digas algo no se aprovechó, luego de eso me acostó y dice le pedí que se quedara a dormir conmigo y- suspiro cuando me llega ese recuerdo- pues en la madrugada dice que le dije algo como que le quería chupar el pene- y es ahí es  cuando Jane se echa a reír como nunca tirándose en la cama y yo me pongo de mil colores.

- Joder, y el como el amargado que es apuesto que no te dejo, casi lo violas, pero el no creo que se opusiera, si me gustaran las mujeres yo tampoco lo haría- mueve sus cejas de arriba a abajo y no se porque se porta como puberta a veces ya cuando paso a la edad adulta.

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