Tu no me mandas romance Capítulo 27

JANE.

-Qué vas a explicar, Damián, ¿Qué tiraste todo a la mierda?, eres un insensato, pero créeme que a la que más decepcionaste no fue a mi- Digo.

- Cállate y escúchame joder, deja de soltar veneno y escúchame- me callo y lo miro, el me tira una mirada asesina pero ni el ni nadie me intimida ni me intimidara.

-Habla- digo, el me suelta y toma su distancia.

- Ella miente- ruedo los ojos.

-Cómo lo sabes, espero que te hagas cargo de lo que provocaste, porque si no yo misma te obligare, te conozco eres un mujeriego, no te juzgo ya también no soy una santa, pero...- no me deja terminar ya que me interrumpe.

-Cállate, solo cállate, me cansas, ese siempre ha sido tu problema, juzgas antes de conocer todas las caras del dado, eso te llevará a cometer errores Jane- niego tocándome el cabello.

-¿Qué quieres que piense?, saliste en todas las portadas de las revistas amarillistas además que todos hablan de que vas a tener un hijo con ella, puede que no sea tu hijo una alta posibilidad, te creo eres mi hermano pero debes de entenderme- me desespero.

-Yo nunca me acosté con ella nunca- suspira, dándome una sonrisa, abro los ojos.

-¿Qué?- es lo único que puedo decir.

- Sonará como una maricada, pero algo que nadie sabe es que desde que Raisa me vio casi follando con alguien en la casa de nuestros padres, y dijo todo eso, no he cogido con nadie, no logro sacar su cara de decepción, además la recordaría, tu sabes que yo nunca me emborracho- suspira pasando su mano por su cabello, y me mira a los ojos poniéndose serio, se que le es difícil abrirse con su vida íntima, él nunca lo hace, ni le da explicaciones a nadie- Cada que una mujer me coquetea no puedo ni pensar en cogérmela ya que recuerdo la cara de Raisa y siento que hago algo mal.

-Y ¿Por qué no dijiste nada, cuando esa mujer vino?- él sonríe, y ya estoy entendiendo.

- Es obvio que alguien me quiere destruir, y que mejor inventando un escandalo de mi, mi imagen a las cámaras siempre a sido perfecta hasta ahora, esa mujer se ve que es una idiota no pudo hacerlo sola, ademas para que no nos avisaran antes de publicarlo tuvo que haber mucha plata de por medio y yo averiguare quien es el idiota que se atreve a meterse conmigo- su mirada se oscurece su sonrisa es maligna y me siento un poco incomoda, en ves de sentir lastima por quien se quiera meter como enemigo de el, me siento extasiada de poder ver lo que hará, el nunca juega limpio cuando se meten primero con el, el es mas del tipo que se divierte, así es la naturaleza Tuell nos gusta divertirnos con la presa.

-Joder- me rio- lo tienes todo pensado, ¿ya sabes quien podría ser?- el asiente.

-Tengo algo en mente pero es mejor ver quien es, y esa mujer me llevara a el que la contrató para esta farsa, que no durará mucho, ni ellos tampoco, pero nos divertiremos primero desde hace tiempo que no lo hacemos- le sonrió, tomo con mis manos su mejillas y las pellizco haciendo que ponga mala cara.

- Solo que no has pensando en algo, Raisa, ahorita probablemente ella vio el chisme del año, y no creo que te perdone fácilmente, como tampoco mamá, la cual no te querrá ni ver, así que tienes que decirle- mi hermano deja su sonrisa para poner una de seriedad, acomoda su corbata.

-Joder, Raisa- Va a la salida, yo lo detengo.

-Tranquilo fiera, ella probablemente no te quiera ver, pero prométeme que le dirás la verdad y no harás nada idiota, usa esa inteligencia que dios te dio, esta en su casa o al menos yo ahi la deje- Asiente saliendo sin despedirse, me siento en su silla recargando mi cabeza en esta sonriendo con los ojos cerrados, joder mi hermano esta perdido, no me arrepiento de lo que dije hace un rato, se lo merece, pero debo de admitir que ser espectador de lo que se viene será muy bueno.

DAMIAN

Me dirijo a mi carro sin importarme todos los empleados que se me quedan viendo en el camino o murmurando, afuera está lleno de la prensa preguntando cosas que no les importan, no les presto atención y sigo caminando, ninguno me toca ya que los de seguridad son muy eficientes, voy a entrar al auto, no sin antes voltear parar por primera vez mirar a donde está la prensa, sonrió de lado y les guiño un ojo, luego me pongo unas gafas oscuras, a lo que ellos se enloquecen, queriendo pasar con más entusiasmo la seguridad.

Le digo al chofer que se apresure a la mansión Bech, cuando llegamos, me acomodo el traje preparado parado para lo peor,

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