Tu no me mandas romance Capítulo 28

DAMIAN

-Despierta- le digo besando sus labios tan adictivos, ella se retuerce, pero me sigue el beso.

-No quiero- aun no abre los ojos.

Le doy otro beso, bajando mis manos metiéndolas a su suéter tocando su suave piel de las costillas, haciendo que ella tenga los ojos rápidamente, sonrió besando su nariz aun tocando su tersa piel.

-Ahora ya estás despierta- me veo mal para luego sonreír cerrando sus ojos.

-Recuerda hoy es lunes- ella abre grande los ojos dejando de sonreír, viendo a donde está su reloj en la mesa de noche, mirando que ya son las ocho con diez, haciendo que se pare rápido de un solo brinco parece un lindo conejo.

- Porque no me habías despertado antes, llegaré tarde y tú también llegarás tarde- sonrió poniendo arriba de mi cabeza mi brazo viéndola como se desviste, enfrente de mí, quedando en ropa interior, que para ser puritana le queda muy bien, un conjunto azul, que resalta sus pechos, se está poniendo una falda de tubo cuando me voltea a ver, yo le sonrió aun recostado en la cama viendo todo lo que me gusta, se ve a ella, poniéndose roja subiéndose rápido la falda, quedando con brasier, agradezco internamente tener a la cobija tapándome para que ella no vea lo que causa y mezclado con este show estoy por reventar, ella busca algo con que taparse rápidamente, encuentra una blusa blanca que combinada con la falda, la hace ver mas joven, me paro a mi tiempo dejando ver mi trabajado abdomen, a ella se le olvida la vergüenza y se me queda viendo con fijamente es una descarada, sonrió acercándome a ella.

-Te gusta esto- me señalo a mí mismo y ella asiente, para luego negar.

- No, no estas tan bueno, e visto mejores- yo se que con dificultad aparta la vista, sonrió atrayéndola a mí, pegándola a mí, haciendo que sienta en su vientre mi erección.

-Puede que hayas visto mejores, pero sabes- me acerco a su oído susurrándole- solo me deseas a mí- muerdo su oreja un poco, ella solo se queda estética, pero para mi sorpresa con sus manos separa mi cara agarrándola, y pensando que está enojada la miro confundido pero luego veo sus ojos que están mirándome con un deseo estimulante.

-Y tú solo me deseas a mí- asiento rápidamente, sonrió, la besó fuertemente, juntando nuestras lenguas, ella jala mi cabello mordiendo mi labio, doliéndome pero excitándome a la vez.

-Eso es por no despertarme, y esto..- da una nalgada que me sobresalta, increíble nadie se ha atrevido a hacerlo antes, Jane ha creado un monstruo que Raisa ha mantenido oculto - porque siempre lo he querido hacer- sonrió uniendo nuestros labios de nuevo.

-Ahora que ya cumpliste hay que ir al trabajo- abre los ojos, de seguro se le olvido el trabajo, se separa de mí a ponerse los zapatos y arreglarse, naturalmente como siempre, pero a decir verdad eso la hace ver mas hermosa, con su cabello recogido dejando a la vista su fino cuello.

-¿Qué vas a hacer con lo de ya sabes?, lo de tu hijo falso- lo último lo dice con dificultad.

-Tengo un plan con Jane, en menos de dos semanas todo saldrá bien, recuerda, confía en mí, el que me quiere controlarme pronto se descubrirá- me acerco a ella y tomo su barbilla entre mis manos para que me vea a los ojos- eres tan tierna - la beso- todo saldrá bien, confía en mí- asiente, salimos de su casa cada quien yendo a su trabajo no sin antes darle un beso afuera de su casa, que tanto necesitaba para aguantar toda la mierda que se viene, yo suspiro con cansancio cuando me encuentro enfrente de la empresa viendo como hay periodistas ansiosos por ser los primeros a los que les de una noticia sobre el escándalo, tratan de que entre por el estacionamiento pero es imposible, cansado de esperar bajo de el carro con todo el equipo de seguridad tratando de que nadie me toque, escuchando preguntas tontas que solo me hacen querer rodar los ojos pero no lo hago solo me pongo mis gafa de sol alborotando mi cabello, caminó a paso confiado, pero me detengo en seco cuando escucho una pregunta.

-¿Si tuviera un hijo con esa mujer, qué pasaría con la señorita Raisa Bach?, ¿La seguirá viendo y aceptara a su hijo? ¿seguirán su relación en secreto? - lo volteo a ver, yo nunca he hablado ni me han visto con Raisa fuera de lo regular, y la mayoría de veces solo la ignoraba, nos vemos en las cámaras sólo cuando nuestras familias se encuentran, ¿Cómo saben que quiero algo con ella?, o que estoy con ella, miró al periodista por un momento para después seguir caminando como si nada, ignorando las miradas, cuando llego a mi oficina llamo a mi secretaria para ver qué demonios está pasando, porque saben de mi relación con Raisa, cuando entra, lo primero que hago es decirle.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Tu no me mandas