Tu no me mandas romance Capítulo 34

Raisa

abro los ojos con pesadez, me los tallo, volteo a mi lado donde se encuentra Damian durmiendo a mi dirección, siento su brazo en mi cintura, y siento el calor de sus pies contra los míos mientras sus piernas están entrelazadas con las mías, el duerme como si fuera una pluma aun que pesa demasiado su brazo, la imagen de hombre poderoso que si lo ves mas de dos segundos a los ojos tienes dos opciones o te intimida o te enamora, sonrió mientras estiro una mano para delinear su mandíbula, y nariz, toco su piel que se siente áspera la zona de la bárbara pero es una aspares que me llega a fascinar como se siente en mi piel, veo sus largas pestañas las cuales envidio y su cabello que le cae por la frente de una manera única, se ve como un dios griego, su rubia cabellera tan suave, veo como abre esos ojos negros de golpe y me sonríe estirando su mano copiando mi acción acariciando mi mejilla.

-Tienes una pequeña obsesión de observar a las personas dormir y tocarlas sin su permiso no es así señorita Bech- sonríe más arrogante que siempre.

-Despertaste- digo, como la estúpida que soy al ver que me ha descubierto mirándolo como una tonta.

-no, sigo dormido- dice con su horrible sarcasmo, ruedo los ojos.

-hey no hagas eso- dice arrugando su sueño.

-Veo que no despertaste de humor- digo a lo que él vuelve a sonreír.

-Puede ser que no pero tu sabes como se me arreglarla- dijo atrayéndome mas a él dejándome casi arriba de su pecho, sonrió.

-No lo sé- le digo.

-Vamos al menos inténtalo- me acerco estirándome y le doy un beso casto en los labios.

-Que mal intento, inténtalo otra vez- lo besó repetidas veces de forma casta, para luego separarme de él y verlo.

-Esa no era la forma pero está bien no me quejo- aprieta más mi cuerpo desnudo al suyo, sintiendo todo de él, mientras que mantengo mi vista en él y mi mano en su pecho.

-Debemos pararnos, si no llegaremos tarde a lo divertido y solo Jane se divertirá- dice pero sin dejar de tocar mi cuerpo.

-¿Que está tramando señor Tuell?- el sonríe más.

-Es una sorpresa que ya veras, esa gente no se debe de meter conmigo aunque solo queda un cabo suelto- dice dando palmadas para que me pare, lo cual hago, pero llevándome conmigo la sabana dejándome verlo en todo su esplendor, el también se para soltando una carcajada y caminando a mi como si no sintiera la mínima pena.

-¿Porque tapas tu cuerpo?- dice- no es como si no lo hubiera visto ya, no tienes porque preocuparte de nada tu para mi eres muy bella- me quita la sábana tirándolo al suelo, no me tapo pues tiene razón ya me a visto desnuda y no tengo nada porque ponerme nerviosa, en este momento le doy un gracias mental a Jane por llevarme a una depilación láser con ella ya que según ella era dos por uno.

-Ven- voy al baño con el detrás de mí, donde me pongo enfrente de el lavamanos poniéndome roja por lo que veo, no es mi desnudes si no las marcas que tengo en todo mi cuerpo, tengo unas marcas de manos en mi cadera una marca muy roja, tengo marcas de chupetones por mis senos y uno en medio de mi abdomen, toco con mis manos las marcas sorprendidas y aliviada de que no tenga ninguna en el cuello, estaba tan concentrada en las marcas que no me di cuenta que Damián estaba detrás de mí hasta que siento sus manos pasar por mi abdomen, lo volteo a ver desde el espejo, me quedo fascinada con la imagen que veo, somos los dos, él abrazándome viéndose la diferencia de alturas por más de veinte centímetros, me recargo en su pecho sonriendo.

-Esta imagen la desearía ver todas las mañanas- susurra más para él que para mí, pero lo logró oír.

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