Un beso de verdad [BXB] romance Capítulo 17

–¡Ya suéltame! –le grité mientras él abría la puerta– no quiero estar contigo, dejaste bastante claro lo que...–alcancé a decir, solo que, tras entrar en su casa, él me dejó en el suelo y me abrazó con fuerza, mi cuerpo entero se inmovilizó cuando sus brazos me envolvían, parecía que realmente le importaba, incluso era como si tuviese miedo– ¿Daniels? –pregunté.

–Lo siento...–susurró a la altura de mi oído.

Mi cuerpo entero se estremeció tras sentir algo húmedo aterrizando en mi hombro, él estaba llorando, lo peor es que yo también comencé a llorar sin saber por qué lo hacía, simplemente lloraba mientras él me decía una y otra vez un "Lo siento" cada vez más quebrado que el anterior, era una mezcla entre aliviado, preocupado, asustado y feliz, era extraño, sin embargo, permanecí entre sus brazos hasta conseguir reunir las fuerzas suficientes para preguntar qué estaba pasando.

–No te entiendo ¿no la querías a ella? –pregunté luego de un rato.

–Claro que no– me respondió aún abrazado a mí– quien me importaba eras tú, cuando mi hombre me avisó que te habían secuestrado, me aterró la idea de perderte, pensé que alejándote de mí lograría protegerte, cuando llegué aquí herido luego de ese pleito, lloraste aterrorizado por perderme, me sentí tan culpable...–fue diciendo– creí que alejándote conseguiría que tuvieras una vida mejor, más tranquila, aunque puse a uno de mis hombres a tu cuidado, él te vigilaba 24/7 solo que aun así no logró detenerte...

–¿Y si me hubiese disparado? –pregunté– ¿Qué tal si él hubiese disparado? –quise saber.

–Había un franco, antes de que disparara, ese franco dispararía con tal de evitar tu muerte, únicamente debía dar la orden, claro que como entenderás, el padre de Paola no lo entendió, él quería que, si me daban a elegir, eligiera a su hija, él no conocía a Carlos, ante mis ojos era obvio que mataría a aquel que me importaba– dijo separándose de mí para verme a los ojos.

–¿Y por qué no diste aviso? Me refiero a ¿por qué no le diste aviso al franco? –pregunté confundido.

–Paola te golpeó ¿o no? –me dijo como una respuesta un poco descabellada, pero que me daba a entender qué clase de locuras haría por mí–por favor, perdóname.

–Entonces si te importo...–murmuré sintiéndome increíblemente feliz.

–Claro que sí– dijo acariciando mi rostro– no existe nadie más importante para mí que tú.

–Hmm...–solté rodeando su cuello con mis brazos– o sea que me amas...–dije en un tono burlón, pero mezclado con euforia– porque yo si lo hago...–me acerqué a sus labios– te amo, Jack Daniels ¿tienes algún problema con eso?

–Ninguno–dijo besándome de forma apasionada y feliz, casi tanto como lo estaba yo, aunque lógicamente me llevó hasta su habitación con tal de ubicarme en un lugar más cómodo, solo que yo únicamente deseaba darme un baño, así que él preparó la tina y cuando se llenó, se metió conmigo dejándome entremedio de sus piernas mientras le doy la espalda.

Yo me sentía tranquilo, uno de sus brazos me envolvía mientras que con su mano derecha acariciaba mi brazo de forma suave, yo estaba jugando con la espuma de la bañera, olía muy bien, no podía evitar sentirme mucho mejor que antes, aunque mis piernas duelen, bueno, en realidad todo mi cuerpo duele, tengo varios moretones que Jack trata de no tocar para no lastimarme.

Estoy feliz, me gustaría que el dolor físico desapareciera, las piernas me duelen e incluso se me acalambran, aunque trato de no quejarme para no preocupar a Jack quien se dedica a acariciarme mientras yo disfruto de su compañía, es reconfortante esta situación, incluso nos besábamos y mi sonrisa se escapaba de mis labios tras saber que él deseaba estar conmigo, aunque ahora que lo pienso ¿cancelaremos el divorcio? Yo obviamente no deseo divorciarme, quiero estar con él, incluso puedo ver como en su dedo permanece su sortija de oro, así que no veo necesario sacarnos tal hermosa joya que adoro ver en mi dedo.

–Jack– nombré girando un poco mi rostro para poder verlo– ¿sabes? Me estafaste– le dije por lo que frunció el ceño confundido– nunca me dijiste cuando era tu cumpleaños– él inmediatamente carcajeó– cuando nos separamos me di cuenta de que nunca me lo dijiste y eso que te pagué generosamente.

–Lo olvidé– dijo riendo– es el 20 de noviembre.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Un beso de verdad [BXB]