Un beso de verdad [BXB] romance Capítulo 2

Hoy cumplo dos semanas viviendo en la casa de unos mafiosos, no todo ha sido tan malo, aunque mi prometido es un tipo problemático que sin duda me mataría si su padre lo permitiese.

Dudo mucho que me pueda llevar bien con él, su carácter es complicado, sobre todo ahora que la familia Daniels ha tenido problemas con otros tipos malos, incluso hubo heridos, solo que como soy un infiltrado no me dijeron quiénes eran, incluso Titán lo sabía, aunque recibió órdenes de no revelarme información.

A decir verdad, Titán es un sujeto de confianza, es un sujeto de treinta años, conseguí que me revelara su edad luego de insistir mucho, fue divertido ver como con resignación decía "30 años" y después de eso fue más fácil conocerlo más. Titán tiene un hijo, trabaja en este mundo para que nada le falte a su pequeño, incluso me mostró una fotografía con cierto orgullo, él parecía un padre cariñoso, aunque no deseaba que su hijo se enterara sobre lo que hacía.

Es normal, su hijo lo ve como un héroe, así que lo mantiene en secreto y se asegura de que así permanezca. Yo nunca tuve un padre, así que no sé cómo se siente tener uno, pero él ha actuado como tal, después de todo, se preocupa por mí. Desde que supe que tenía un hijo, entendí por qué se preocupaba por mi alimentación, aunque no solo se preocupa de ello, Titán se mantiene siempre atento de mis necesidades, además me ha ayudado a estudiar.

Claro, mis amigos se sienten intimidado, aunque sé que también les agrada, después de todo, no solamente me ayuda a mí, sino que a mis amigos también y eso nos ha llevado a tenerle más confianza.

Me gustaría llevarme bien con Daniels, si bien nuestro acuerdo no es más que un negocio para él, quisiera llevarme bien con él, después de todo nos casaremos dentro de tres días, ya que se le está agotando el tiempo y prácticamente toda la ceremonia está lista, no será algo espectacular, la "fiesta" se centra en una cena con sujetos peligrosos y parte de su familia, incluso estará su abuela así que podré preguntarle por qué me eligió a mí, principalmente porque su nieto no parece estar de acuerdo con ella.

No sé si me odia, soy consciente de que no amaba a su prometida, Titán me lo dijo, pero también me dijo que él me trata diferente, así que deduje que me odia. Él es más frío y agresivo conmigo, algo que Titán dijo que no hacía con su antigua prometida, incluso dijo que era más "dulce".

Eso me confunde un poco, todos dicen que no la amaba, pero ¿por qué parece sentirse tan enojado conmigo? Si bien fui quien causó la ruptura de ese matrimonio, no entiendo su aparente desprecio hacia mí, incluso su padre es agradable, no como un hombre normal, pero me trata con más "amabilidad" que mi prometido.

Supongo que ser hijo de un mafioso debe de ser complicado, quizás únicamente necesita a alguien en donde liberar su frustración, no puede gritarles a sus hombres solo porque si, después de todo, todos son leales a él, así que se desquita conmigo, es eso o nuevamente recaemos en la parte en donde me odia.

Soy yo quien debería odiarlo, me están obligando a algo que no deseo hacer, quizás ni siquiera termine con vida al acabar todo esto, ellos por ahora me aseguran que me mantendrán a salvo, pero nadie ha dicho que después de divorciarnos no puedan lastimarme, aunque mientras no lastimen a mis amigos, todo estará bien.

–Señorito ¿ya terminó? –me preguntó Titán tras yo cerrar mi cuaderno, estamos en la biblioteca de mi universidad.

–Sip– dije viéndolo– ya podemos irnos, lamento haberte arrastrado a esto.

–Es mi deber acompañarlo– dijo él restándole importancia.

–Vamos, quiero cenar– dije poniéndome de pie tras guardar mis cosas.

Titán me siguió rápidamente, él es quien conduce el auto que el padre de Daniels compró para que pudiese movilizarme, así que encendió la calefacción tras tener un poco de frío. De camino a casa de Daniels, no dejaba de pensar en que me casaría dentro de poco, me sentía muy preocupado sobre ese hecho, incluso agobiado, pero no puedo arrepentirme.

–Señorito– me habló Titán viéndome por el espejo retrovisor– no quiero asustarlo, pero tenemos compañía– lo miré con sorpresa antes de sentir como a mi espalda se rompía el vidrio del auto sobresaltándome.

Esta es la primera vez que paso por una situación como esta, dos coches se pusieron a un lado del nuestro intentando encerrarnos, incluso uno nos adelantó para detenernos e intentar hacernos chocar, solo que Titán se encargó de la situación. Yo estaba asustado, oía disparos, una bala incluso rozó levemente mi mejilla para acabar trizando el parabrisas, por lo que Titán me dijo que me agachara para evitar esa clase de cosas.

Realmente fue un infierno, nuestro auto era más rápido y Titán consiguió perderlos entre las calles de la ciudad, aunque recibió muchos daños y cuando llegamos a casa de Daniels, la situación no era más tranquila, en cuanto Daniels me vio con la mejilla herida, tomó del cuello de la camisa a Titán exigiendo respuestas.

–¡¿Por qué él está lastimado?! ¡¿No es tu deber protegerlo?! –le preguntó con enfado– ¿¡qué te ordené?! –le continuó preguntando dispuesto a golpearlo, pero traté de detenerlo tras ponerme en medio.

–¡No es su culpa! –le dije exaltado– ¡si no fuera por él ni siquiera estaría aquí! –Daniels me miró a los ojos– fui yo quien le pidió que nos quedáramos más tiempo en la universidad, si vas a golpear a alguien, entonces que sea a mí.

–Señorito– trató de detenerme Titán.

Daniels miró a Titán antes de mirarme a mí, para seguido soltarlo aun enfadado, pero parecía que mi opción no era válida, por tanto, simplemente dijo "retírate" mientras me miraba directamente a los ojos. Titán no estaba seguro si debía hacerlo, así que lo miré dedicándole una sonrisa para que no se preocupara, solamente así se retiró, aunque no deseaba hacerlo.

Daniels me tomó del brazo y me arrastró con cierta fuerza hasta el salón en donde me obligó a sentarme en uno de los sofás, yo bajé la cabeza sabiendo que no era momento para bromear con él, Daniels estaba muy enojado, por ello, simplemente guardé silencio sin saber qué pensaba hacer conmigo.

Daniels no dijo nada, simplemente se retiró, yo no sabía si debía moverme, así que permanecí allí un instante hasta verlo regresar con un botiquín en las manos, este se agachó frente a mí para ponerse más a mi altura antes de levantar mi rostro y desinfectar mi herida. Dolía mucho, pero no necesitaba puntos, únicamente era un rasguño un poco más profundo, aunque no me iba a morir.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Un beso de verdad [BXB]