Un disparo en mi corazón romance Capítulo 15

Jairo puso en marcha el Maybach y el interior se quedó iluminado al instante.

Yolanda ya se había abrochado bien el cinturón de seguridad y, un poco cansada, apoyaba la frente con una mano.

La limusina avanzaba hacia adelante a gran velocidad, y las luces de neón multicolores pasaban a toda velocidad por las ventanillas del coche.

De camino a casa, Yolanda empezó a hablar con Jairo de su vida en el futuro.

Su voz contenía algo de somnolencia:

—La situación de hoy fue repentina y no tuve tiempo para aclararte muchas cosas de antemano. En primer lugar, ya que tengo que dormir en tu dormitorio, por favor, duerme en otra habitación durante este periodo. De esta manera, la abuela no sospechará fácilmente.

Con una mano en el volante, Jairo enganchó ligeramente sus finos labios y dijo con un poco de desdén:

—¿De qué estás preocupando? Con tu figura, ¿acaso crees que tengo algún interés por ti?

Al oír sus palabras, Yolanda bajó la cabeza y miró inconscientemente su propio pecho.

«¿Qué me pasa a la figura? Mis pechos son tan grandes que ya casi no puedo comprar la ropa interior que no me aprieta las tetas.»

El hombre siguió su mirada y se fijó en sus pechos realzados.

La cálida luz amarillenta del coche la hacía parecer aún más bella y encantadora a Yolanda.

Yolanda estaba recostada perezosamente en el asiento del copiloto, dejando que sus pechos fueran aún más resaltados. Con su delicada y esbelta figura, daba una impresión bastante coqueta y atractiva.

Mirando a esta mujer sexy al lado, Jairo sintió que le faltó el aliento, como si estuviera atragantado por algo y tosió secamente varias veces.

A Yolanda no le importó su burla y continuó:

—En segundo lugar, no puedes intervenir en mi libertad. Te prometo que intentaré volver a la villa temprano cada día y pasar tiempo con la abuela cuando pueda. Pero ocasionalmente no volveré, después de todo soy una estudiante universitaria y a veces tengo que estar en el laboratorio para los experimentos.

Le iban a operar a Eustacio muy pronto, por eso ella necesitaba acompañarlo más.

—Bueno, ya lo sé —Jairo asintió levemente con la cabeza.

—Además, te he pedido 80 mil euros en total, pero no te preocupes, encontraré la manera de devolverte esta suma de dinero. Aquí tienes el recibo de préstamo.

Yolanda le entregó una nota que había preparado con anticipación.

—¿Cómo puedes devolver tanto dinero? —Jairo preguntó sarcásticamente.

—Aún no me he graduado, por eso me va a costar un poco tiempo para liquidar la deuda tuya, pero seguramente te lo devolveré —Yolanda frunció los labios y continuó— Como sabes, me he unido al grupo del proyecto de diseño de automóviles del profesor Rouco, así que me pagarán un sueldo de becario. Si el diseño es seleccionado como finalista, habrá una bonificación bastante buena. Voy a trabajar duro para eso.

El hombre que estaba a su lado era alguien con el que Yolanda podía meterse ni quería tener demasiadas involucraciones.

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