Un esposo para Elizabeth (COMPLETO) romance Capítulo 16

Narra Elizabeth.

El trayecto a la casa estuvo muy silencioso porque sin Melissa a mi lado todo es puro silencio y este chofer es muy reservado, no habla más de lo debido conmigo.

Llegué a casa agotada encontrándome con mi tía y su familia mientras los trabajadores luchaban por sacarlos de la casa, la sala de mi casa parecía un Rin de lucha libre era gracioso ver cómo mi tía era humillada por mis empleados, Lucero mi mayordomo me miró asustada porque no se había percatado de mi presencia, le sonreí para darle a entender de que no me molestaba lo que estaba sucediendo.

—Señorita Elizabeth, ellos dicen que son dueños de esta casa— me dice Lucero aún nerviosa y los desgraciados que se quieren adueñar de lo mío me miraban sorprendidos.

Me sonreí con malicia al ver a mi tía delante de mí, sorprendida por mi cambio y mis primas estaban que los ojos se les iban a salir de sus cuencas.

—Buenas tardes — dije suave sonando segura y mostrándome indiferente y sobre todo manteniendo mi elegancia — señora, usted alega que esta casa les pertenece, a ver muéstrame la documentación donde dice que esta casa es suya —le dije sonando sarcástica.

—Ja, ja, ja, te sientes muy segura por qué viste mejor, pero sigues siendo la andrajosa que tenía miedo a ser tocada —me dijo escupiendo veneno como la víbora que es.

—Grecia, ustedes a mí no me conocen y tampoco saben de lo que soy capaz así que te recomendaría que se vayan de mi casa por las buenas —les dije deslizando mis dedos por la cartera para sacar mi móvil, pero su hijo Justin me agarró el brazo retorciéndolo de manera brusca

Narrador.

—Auch, suéltame idiota—exclamó Elizabeth adolorida por la presión que ponía Justin al sostener su brazo con mucha fuerza.

—Llamaré a la policía, si no salen de aquí— les advirtió Lucero, asustada mirando como el desconocido sostenía del brazo a su jefa bruscamente.

—Justin si no me sueltas ahora mismo, vas a saber de lo que soy capaz, Idiota— le dijo Elizabeth tratando de sonar firme.

—¿Qué piensas hacer fea? Por más que te hayas convertido en una bella dama, no eres capaz de nada imbécil, y hoy yo y mi familia nos quedaremos aquí en esta casa, porque también nos pertenece, quieras o no aquí vamos a vivir.

—Noo!!—exclamó Elizabeth tras darle un rodillazo a Justin en sus partes íntimas

—Maldita Perra!!!—dijo Justin volviendo a sujetar el brazo de Elizabeth con fuerza, mientras que con su otra mano iba directo a darle un golpe.

—¡No te atrevas a tocarla imbécil! —Exclamó Gregory detrás de ellos.

Gregory se encontraba con sus puños cerrados y su mandíbula tensa.

Justin apretó más su agarre mientras sonreía retando a Gregory.

—Te di una oportunidad de no perder esa mano — le dijo Gregory apartando a Elizabeth del lado de Justin, dándole un puñetazo en el rostro y luego retorció su brazo como si se tratara de un muñeco y Justin gritaba de dolor mientras sus huesos se escuchaban crujir.

Grecia al ver qué Elizabeth no estaba sola se fue sintiendo miedo de Gregory, ella notó que ese hombre era peligroso, pero a pesar del miedo que sentía por la mirada profunda y tenebrosa que Gregory le daba, le advirtió a Elizabeth que esto no terminaría así mientras las descerebradas de sus hijas les coqueteaban a Gregory y eso hizo que Elizabeth se sintiera molesta no por la amenaza de su tía sino por el coqueteo de sus primas con Gregory.

—Vamos para que te vea un doctor — le dijo Gregory preocupado a Elizabeth mientras acariciaba su brazo con mucha delicadeza y el tacto de este hombre perturbaba mucho a Elizabeth, ella sentía que su piel se quemaba cada vez que era tocada por Gregory y se preguntaba ¿por qué mi cuerpo responde a las caricias de Gregory de manera diferente a como lo hace con Alex y con Edward? Ella estaba asustada por lo que estaba sintiendo por este hombre tan desconocido y misterioso, ella presentía que el hermano de su mejor amiga guardaba secretos muy oscuros.

Por más resistencia que puso Elizabeth, al decirle a Gregory que no hacía falta ir a un hospital, él no la escuchó y la guió hasta su coche y tras subir ambos en cada asiento del coche, Gregory manejó rumbo al hospital.

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