Un esposo para Elizabeth (COMPLETO) romance Capítulo 28

Italia.

—Vamos mi niña — dijo Gregory cargando a Elizabeth entre sus brazos para llevarla al baño, mientras Elizabeth estaba nerviosa por haberle enviado la ubicación a su amiga sin haberle dicho a Gregory de que ya había puesto su plan en marcha, Elizabeth sentía que no era justo para su amiga seguir llorando por alguien que en realidad está vivo.

—Tengo una sorpresa para ti —comentó Gregory sacando a Elizabeth de los pensamientos en los cuales estaba metida cambiando sus nervios por curiosidad.

—¿Dime cuál es esa sorpresa? —le preguntó Elizabeth emocionada a Gregory.

—Si te lo digo no será una sorpresa —le dijo Gregory acomodándola con mucha precaución dentro de una tina de baño llena de espuma.

—Gregory no tengo paciencia para esperar — Elizabeth estaba tan concentrada en su sorpresa que no había notado que Gregory estaba excitado.

—Primero déjame consentirte — dijo Gregory tomándola de la cadera y la sentó encima de él provocando que ella sintiera su prominente erección.

—Quiero estar dentro de ti nuevamente —Gregory estaba perdido mirando esos labios que muere por volver a besar, morder y chupar.

Elizabeth, excitada entreabrió los labios tratando de respirar gesto que a Gregory le resultaba demasiado provocativo.

Ninguno de los dos apartaba la vista a medida que una ola de placer comenzó a inundar el interior del baño.

Elizabeth manejada por el placer empezó a clavarse lentamente en el miembro duro de Gregory provocando que Gregory gruñera al sentir la estrechez de su cavidad y el agua la hacía sentir más estrecha, Elizabeth sentía ardor mientras se introducía el miembro grueso de Gregory y es que esta no estaba tan mojada ni preparada para recibirlo, pero aun así continuó moviendo la cadera provocando que sus sexos hicieran fricción entre sí, Gregory la tomó de la cadera ayudando a Elizabeth aumentar el ritmo.

Gregory estaba jadeando excitado haciendo que Elizabeth sintiera su miembro en lo más profundo, la perforaba sobresalía y se insertaba en su agujero con la intensidad

De un martillo golpeando con dureza su cavidad hasta sentirlo clavarse en sus entrañas y apretaba sus nalgas a medida que aumentaba sus embestidas y el agua de la tina salía con cada movimiento.

Gregory llevó su boca a unos de sus pezones erectos succionando y tomándolo entre sus dientes para estirarlo provocando que Elizabeth moviera la cadera con desespero en busca de su propio placer.

—Eres mía Elizabeth— le dijo Gregory llevando su mano al otro pezón endurecido pellizcándolo y agarrándolo con posesión mientras Elizabeth continuaba subiendo y bajando sobre su miembro Y moviendo la cadera en círculos a la vez que él acompañaba los movimientos de Elizabeth afirmándola de la cintura y levantándola sobre su eje.

Y esta era la tercera ronda en la que Gregory estaba tan perdido en el placer que se había olvidado de sacar su miembro para no eyacular dentro de la vagina de Elizabeth, aunque ella si estaba consciente de que Gregory la estaba llenando de su líquido caliente que cada vez que la llenaba sentía un placer indescifrable.

—Córrete conmigo mi niña— le susurró Gregory con la voz sumamente ronca—quiero sentir como ese coño tan rico me aprisiona dentro de él.

Elizabeth echó su cabeza hacia un lado permitiéndole a Gregory devorar su cuello, su cuerpo tembló, la debilidad la cegó, cerró los ojos y se aferró al poderoso cuerpo que tenía debajo embistiéndola con rudeza, este era su cuarto orgasmo Y sentía que en cualquier momento desfallecerá, el deseo y el hormigueo la aturdía, Gregory arremetía con penetraciones profundas, más potentes, más feroces y una descarga eléctrica los arrolló haciendo que Elizabeth se sintiera llena cuando Gregory echó la cabeza hacia atrás y la inundó explotando en su interior jadeando y gimiendo en sincronización.

—Más tarde compraremos anticonceptivos —comentó Gregory con la respiración entrecortada.

—No tomaré eso —le respondió Elizabeth enojada mientras salía de la tina.

Ella se molestó al escuchar su comentario y salió del baño dejando a Gregory confundido.

—¿Elizabeth qué te pasa porque estás tan molesta? — Gregory estaba preocupado.

¡¡Qué he hecho mal!! Pensaba Gregory por qué apenas habían pasado 5 segundos que ellos acabaron de tener relaciones sexuales y ahora Elizabeth se estaba vistiendo desesperada por salir de la habitación en la que se encontraban, Gregory al ver qué Elizabeth no le respondió, imitó su movimiento vistiéndose también.

Ya que si Elizabeth tenía planeado irse él no estaba dispuesto a dejarla ir sin explicarle sus razones.

—¿Mami, Dime que te pasa? —volvió él a preguntarle con duda.

—Me preguntas a mi señor Bianchi — le respondió Elizabeth empleando un tono sarcástico.

—¿Estás así por los anticonceptivos? — le preguntó Gregory sabiendo la respuesta, pero aun así quería confirmarlo.

—Vaya que inteligente saliste, me crees tonta Gregory, dices que me amas, pero no quieres tener hijo conmigo — Elizabeth no era tonta ella anoche se había quedado con las dudas, pero no quiso hacer ningún comentario ni preguntar nada al respecto.

—Yo a ti te amo más que a mi propia vida y quiero casarme contigo seguido te divorcie de Edward, pero no quiero tener hijos, mi padre mató ese deseo en mí, y temo no ser un buen padre y no me perdonaría nunca si yo algún día llegara a dañar a mis hijos como lo hizo él conmigo y que al final sean como yo un ser oscuro y sin compasión —al escuchar eso Elizabeth sintió como si les clavaran dagas en el corazón porque desde niña deseaba tener muchos niños y crear la familia que ella nunca llegó a tener.

—Mucho había durado ese Gregory egoísta y dominante oculto, tú eres una mierda de persona elegiste por mí, has tomado una decisión tú solo sin preguntarme si estoy o no de acuerdo contigo — Elizabeth decepcionada salió dejando a Gregory solo en la habitación.

En el momento que llegó a la sala la puerta del penthouse fue tocada con insistencia y decidió abrir encontrando a su amiga Melissa preocupada y muy enfadada.

—¿Estás bien Elizabeth?— preguntó Melissa entrando a la sala.

—Tú — señaló Melissa a Gregory —maldito desgraciado, dime qué le hiciste a Elizabeth para que tenga los ojos aguados — Gregory apuró el paso para terminar de bajar la escalera.

—Hermano las cosas no son como parecen, verdad Elizabeth —preguntó Gregory mirando a Elizabeth.

Elizabeth había hecho que su amiga fuera al penthouse para que ella y Gregory pudieran arreglar su situación no para empeorarla y mucho menos para que se pelearan por su culpa.

¡¡Más tarde Gregory y yo hablaremos!! Pensó Elizabeth mirando fijamente a Gregory.

—Meli ustedes deben hablar y arreglar su diferencia, ustedes son hermanos y no deberían odiarse de esta manera — Elizabeth tomó la mano de su amiga, Melissa se tensó cuando escuchó que Elizabeth la hizo ir a ese lugar engañándole, nunca esperó que su mejor amiga la traicionara influenciada por Gregory.

—Con los ojos aguados quitó las manos de Elizabeth de la suya y le dijo —pensé que eras mi mejor amiga, esperé está traición de cualquier otra persona, pero nunca la esperé de ti, Elizabeth.

—Hermano no digas eso yo fui quien la obligó a traerte aquí, Elizabeth no tiene culpa de nada, yo quiero pedirte perdón, hermano, sé que me he comportado mal contigo y sé que merezco que me odies, pero todo tiene una explicación —por primera vez en mucho tiempo Gregory se mostraba arrepentido, pero eso a Melissa no le convenció.

—ja, ja, ja, esto es una buena actuación para que Elizabeth te pueda abrir las piernas!—dijo Melissa llena de odio y dolor por el engaño de Eliza—Pero que crees Idiota. Ya no hace falta que te hagas el dolido, porque por lo que veo, aquí está mujer—dijo señalando a Elizabeth—Quien pensé que era mi mejor amiga, ya te abrió bien las piernas y escúchame bien, nunca te voy a perdonar, ya que nunca podré volver a tener a mi amado Jesús — dijo Melissa llorando y miraba a Gregory con odio — y él nunca estará a mi lado porque tú te encargaste de quitarle la vida—

A pesar de las duras palabras de su amiga Elizabeth no sintió dolor porque ella comprendía el dolor de Melissa.

—Mi amor no seas tan dura con tu hermano —dijo Dante abrazando a Melissa por la espalda.

Melissa se quedó inmóvil con los ojos más abiertos de lo normal pensando en que su cabeza le estaba jugando una broma.

—Rafa amor es que ya no me quieres — le susurró Dante a Melissa, ella se giró quedando de frente a Dante confirmando que era Jesús quien la tenía abrazada.

¡Amor!

—Pe-pero cómo! — exclamó Melissa asombrada y miró a Elizabeth sintiendo culpa de haber tratado mal a su amiga por ofenderla con palabras tan duras.

—Esa historia es demasiado larga los dejaremos solos para que puedan hablar —comentó Gregory sosteniendo la mano de Elizabeth.

Gregory invitó a Elizabeth a desayunar en unos de los restaurantes más lujosos de Italia llamado “Enoteca Pinchiorri”

Narra Elizabeth.

Italia es hermosa, estoy impresionada con tanta belleza, llegamos a un restaurante que queda cerca de una playa con mesas al aire libre, antes de entrar pude notar que la mayoría de las mesas están ocupadas y no veo espacio para nosotros aquí.

Entramos siendo custodiados por los escoltas de Gregory quiénes miraban para los lados como si buscaran algo y se hacían señas entre sí.

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