Una aventura imperfecta romance Capítulo 8

Cuando nos acercamos a nuestro amigo para comentarle la propuesta y la fantasía que teníamos entre ceja y ceja, ya casado y en ese entonces ya con su primer hijo, al igual que nosotros, se quedó simplemente pasmado y con la boca abierta por semejante propuesta, muy a pesar de la gran confianza que nos teníamos los tres; él me dijo que claro que veía muy guapa a Rosy, y me señaló uno por uno sus atributos, que pienso era algo que quería decir desde hace años, porque mencionó sus grandes pechos, su trasero, sus piernas, incluso con mucha cautela me citó su vagina que era algo que depende de su ropa se le marcaba de forma deliciosa, además que me recordó tantas veces que en otros momentos la tuvo a la par desnuda mientras nos portábamos mal, pero que jamás de la vida podría hacer algo así que ella era su amiga y además la esposa de su mejor amigo; pero bueno, me parece que eso es algo que le tocaba decir por respeto a su amigo…

Pasó el tiempo, y entre los 3 estuvimos tocando el tema gracias a la maravilla de la tecnología celular, nos enviábamos chistes pasados de tono o con doble sentido y hasta videos; Christian no se lograba sacar la idea de su cabeza y simplemente del todo seguía sin creerme nuestra idea, ya que cada nada sacaba el tema a relucir disimuladamente y no perdía la oportunidad para decirme lo bien que estaba Rosy de un tiempo para acá, así que le tocó a ella decirle y explicarle con mucho detalle que todo lo que yo decía y la propuesta que le habíamos realizado era real y seguía en pie si él estaba de acuerdo, y en ese momento, fue cuando él decidió aceptar el plan, porque si Rosy que era tan tímida y seria no había escatimado en los detalles de lo que podría pasar, definitivamente no podía ser simplemente una broma, no obstante no era algo que íbamos a hacer el día siguiente, no, tocaba preparar el terreno, hacer ambiente y para eso ellos empezaron una relación “un poco mas cordial” que la esposa del amigo, ya que parte del juego consistía en que ellos debían coquetearse, como lo haría una pareja cualquiera que quieren llevar la relación al acto carnal!

Empezaron los juegos, los coqueteos, las confesiones por parte de ambos, en muchas de ellas, me encargaba yo de asesorar a Rosy con lo que debía poner en sus mensajes o que era lo mas adecuando para responder, ya que a ella, aunque por medio de mensajes de texto es mucho mas sencillo, aún le daba pena… creo que a su cerebro le costaba dar crédito a este juego que estábamos haciendo.

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