Una Chica Diferente (COMPLETA) romance Capítulo 3

—No puedo creer que llamarás aburrida y amargada a tu madre Dafne. ¿En que estabas pensando?

–cuestiona Alexander

—No sé, estaba molesta, no me dejó salir con Nelly y Aída.

—Eso no justifica tu reacción, ella sólo quiere lo mejor para ti. Es tu mamá y eso es normal.

—Quisiera que ella comprendiera más lo que necesito.

—¿Y según tú que es eso?

—Quiero un poco más de libertad. Quiero salir a fiestas, no sé sólo salir.

—Puedes salir conmigo si quieres.

–sugiere

—Deberías pasar por mi casa más seguido, mi madre te adora y quizás nos deje salir.

—¿Cuándo podré hablar con ella sobre...nosotros?

Vuelvo a sentir esa incomodidad como siempre que hablamos del tema.

—No lo sé Alexander, hay que ver... en realidad no estoy lista para tener novio.

—Pero si llevamos casi dos años así. ¿Qué tiene de diferente? Paseamos, tenemos citas, nos besamos, hacemos el amor Dafne. ¿Por qué esperar?

—Quedamos en esto desde el principio, fue tu idea. ¿Lo olvidaste? "Nada serio Dafne, sólo amigos con derecho a..." ¿Recuerdas?

—He cambiado de opinión. –asegura con postura sería.

—Pues yo no, no estoy lista para eso Alexander.

—¿Hay alguien más?

Río amargamente por su irónica pregunta tonta.

—¿Por qué crees que hay alguien? No conozco o socializo con otro chico a parte de ti e Israel. No hay nadie, sólo no quiero hacer las cosas serias y esas cosas formales.

—¿No soy lo suficiente para ti?

—De hecho, eres más de lo que merezco. Entiende Alexander, no estoy lista. Soy inmadura, alocada, despistada, desordenada, loca, extraña, grosera, explosiva, celosa, y un montón de defectos más. Soy todo lo contrario a ti, mereces a alguien a quién le gusten las cosas que a ti.

—Tenemos gustos similares Dafne.

—No es verdad, tú prefieres la música clásica y yo el rock, prefieres leer un libro antes que salir a una fiesta, y yo no, no te gusta el cine y a mi si, tú prefieres la comida orgánica y esas cosas y yo...pues no. Tal vez suene a pretexto tonto pero no es así, Alexander.

—Tienes razón, suena a pretextos tontos.

Alexander sale de su habitación bastante enojado, no puede culparme de querer continuar asi cuando él puso las reglas de "lo nuestro" no es que no me guste, en realidad me gusta mucho, pero no tanto como para formalizar una relación que para empezar inició como algo meramente sexual.

Bajo hasta la sala en dónde lo veo mirar por la ventana. Siempre que hablamos sobre el tema se pone igual que hoy.

—Alexander. –lo llamo.

Él me mira y vuelve su atención a la ventana.

—No quiero tener esa charla de nuevo Dafne, seria una pérdida de tiempo.

—Alexander por favor, no hagas esto difícil, vamos arriba ¿Quieres?

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