Una familia para el solitario CEO. romance Capítulo 16

Tres días después.

Era sábado en la mañana, cuando una de las empleadas de la mansión Knight bajó con varias cajas desde la habitación de Hope.

La abuela observó con atención, arrugó la frente.

—¿A dónde llevas eso? —Señaló con su bastón hacia las cajas.

—Son varios objetos de la niña Hope, el señor Ryan me pidió que los empacara, para llevarlo al camión de la mudanza.

—¿¡Mudanza!? —cuestionó la anciana, el tono de su voz cambió. —¿En dónde está Ryan?

—¿Qué te ocurre, abuela? —cuestionó bajando las escaleras de la mano de Hope.

—¿Me puedes explicar a dónde están llevando las cosas de mi nieta? —indagó con severidad, apoyándose en el bastón.

—A nuestro nuevo hogar —comunicó Ryan con simpleza.

—¿Qué? —vociferó la abuela, se llevó la mano al lado izquierdo del pecho—, no puedes alejarme de Hope —habló con la voz entrecortada—, ella es lo único que me queda de Roger, siempre ha vivido en esta casa. —Sus palabras fueron pronunciadas en un tono lastimero. —¿Verdad mi niña, que no te quieres ir? —Se aproximó a la pequeña caminando con lentitud.

Hope apretó la mano de Ryan, él sintió el temblor de la pequeña, entonces la miró con dulzura, brindándole confianza. La pequeña estaba demasiado triste, Ava no había ido a clases esos días, y no quería hablar con ella, la niña creyó que había perdido a su única y mejor amiga.

—Yo… quiero estar con mi tío —susurró con voz débil Hope.

—Para eso, no es necesario mudarse, me van a dejar sola, y estoy muy enferma —dijo Rose y empezó a toser.

Ryan negó con la cabeza, tensó la mandíbula, conocía bien lo teatral que era su abuela.

—No voy a permitir que manipules a Hope, por eso me la llevo —habló Ryan con firmeza.

—¡No puedes hacer esto! —gritó la abuela.

—¡Claro que puedo! ¡Tengo la custodia de Hope! —enfatizó él.

La abuela se agarró el brazo, se tambaleó, y empezó a respirar de forma agitada.

—¡Me va a dar algo! —jadeó.

—Espero que te mejores abuela. —Sonrió Ryan, salió de la mansión de la mano de Hope, sin inmutarse por la salud de Rose.

Una de las empleadas se aproximó con rapidez. La sostuvo entre sus brazos.

—¿Señora, se encuentra bien? ¿Llamo al médico?

La anciana se sacudió el agarre de la sirvienta.

—¡Suéltame! ¡Estoy bien!

****

Vanessa había llevado durante esos días a terapia a su hija Ava. La niña seguía rebelde, no le hablaba, pasaba encerrada en la habitación, muy triste, y sin querer ir a la escuela. La especialista le había diagnosticado depresión infantil.

La madre de la niña se sentía devastada, sin embargo, a pesar de su dolor hacía todo lo posible para alegrar a Ava, pero la pequeña la seguía rechazando.

—Me siento muy mal mamá, el corazón se me estruja en el pecho, mi niña no es la misma de antes. —Sollozó.

—Tranquila Vane, dale tiempo, lo que ha ocurrido ha sido muy fuerte —recomendó Caroline—, sabes he pensado ir a pasar unos días con ustedes, quizás mi presencia ayude.

El corazón de Vanessa se alegró al escuchar a su madre, sabía que Ava la quería mucho, y la especialista había recomendado que la pequeña estuviera rodeada de las personas a las que ella amaba.

—Te lo agradeceré mamá, además con esto de Ava, he tenido que… —Apretó los labios antes de cometer la indiscreción de avisarle a su madre que se quedó sin empleo—, faltar al trabajo —mintió, pero en realidad por cuidar de su hija, había rechazado varias entrevistas, y sus ahorros empezaban a disminuir.

—Estaré por allá entonces, cuídate por favor, salúdame a Ava.

—Te esperamos con ansias, ven con cuidado —recomendó Vanessa.

Enseguida fue a la cocina preparó sándwiches con jamón serrano, queso, lechuga, tomate, que tanto le gustaba a su hija, con la bandeja en la mano se dirigió a la alcoba de Ava.

—Es hora de comer algo —dijo Vane intentando mostrarse alegre.

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