Una familia para el solitario CEO. romance Capítulo 17

Ryan recordó que Vanessa rechazaba sus llamadas, y que le advirtió que no lo quería cerca de su hija, ni de ella. Resopló, y luego pensó que del número del apartamento quizás sí respondería.

Enseguida marcó al móvil de Vanessa.

Vanessa se hallaba en el comedor, sentada frente el computador. Minutos antes había realizado el postre con Ava, le había propuesto a la niña ver una película, pero se negó y se fue a encerrar en la alcoba.

Vane buscaba empleo en varias páginas de colocaciones, y enviaba su hoja de vida a las que podía. De pronto su móvil vibró sobre la mesa, arrugó el ceño, era un número desconocido, pensó que se trataba de alguna entrevista, de inmediato respondió.

—Hola —saludó.

—Buenas tardes, Vanessa —dijo con voz gruesa Ryan.

Ella apretó los puños, respiró agitada.

—Le dije que no quiero saber nada de usted. —Elevó el tono de voz.

—¡Lo sé! —contestó Ryan—, pero Hope, quiere hablar contigo. —Le pasó el auricular a su sobrina.

—Hola Vanessa, soy Hope —avisó la pequeña con la voz temblorosa—, quiero saber si Ava está enferma, no ha ido a clases —habló con tristeza.

Vanessa inhaló profundo, colocó su mano en la frente, se aclaró la garganta.

—Ava está un poquito enferma, espero estos días se sienta mejor y ya vaya a la escuela —contestó con serenidad. —¿Y tú cómo estás?

—Triste, porque Ava ya no quiere ser mi amiga. —Empezó a sollozar—, y tú ya no quieres que mi tío sea tu amigo. —Gimoteó.

Vanessa negó con la cabeza, suspiró, ambas niñas estaban sufriendo por la indiscreción del señor Knight.

—No digas eso. —El corazón de Vanessa se estrujó en el pecho al escuchar llorar a Hope—, Ava te adora, solo debes darle tiempo, te aseguro que volverá. —Se aclaró la voz—, en cuanto a tu tío, son cosas que solo los adultos debemos solucionar.

—¿Lo dices en serio? —indagó la niña. —¿Ava volverá al colegio?

—Por supuesto.

—Dile que la está esperando, que tengo que darle una sorpresa.

Vanessa ladeó los labios.

—Le daré tu recado, cuídate mucho tú también.

—Gracias —contestó Hope, colgó la llamada.

—Todo por su culpa señor Knight —susurró Vanessa apretando los labios, luego que se despidió de Hope.

****

Unos días después la abuela Caroline llegó desde Fresno. Ava corrió a saludarla, la abrazó.

—Mi niña, que gusto verte. ¿Cómo estás? —indagó mientras le besaba la frente.

Ava frunció los labios.

—Estoy triste —confesó con sinceridad.

Caroline frunció los labios, observó a Vanessa, y notó los ojos llorosos de su hija.

—Pues he venido a hacerles compañía y a alegrarles la vida —habló con entusiasmo.

Ava sonrió al escucharla.

—¿Me vas a enseñar a leer las cartas? —propuso la niña.

—Sabes que aún eres pequeña para eso, pero podemos jugar monopolio, soy buena para hacer trampa. —Carcajeó.

Ava también rio al escucharla, y eso alegró el corazón de Vanessa, entonces cuando la niña se separó de la abuela, ella aprovechó para abrazar a su madre.

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