Una familia para el solitario CEO. romance Capítulo 7

Ryan observó a Vanessa, y ella negó con la cabeza, siempre fue de la idea de que las mentiras eran un círculo vicioso, decías una y debías inventar unas cuantas más, y eso no le agradaba.

—Ava, es tarde, ya tendrás tiempo de hablar con el señor Knight, deja que se vayan.

Ava frunció los labios con desdén.

—Está bien, nos vemos pronto —expresó.

—Así será —contestó Ryan, tomó de la mano a Hope y abandonó el apartamento.

—¡Va a venir! ¡Va a venir! —exclamó Ava una vez que la puerta se cerró—. Mi papá va a venir —repitió dando saltos de alegría.

Vanessa cerró los ojos soltó un suspiro lleno de tristeza, pensó que debía hablar a primera hora con la terapista de su hija, para enfrentar el momento más doloroso de sus vidas, decirle a Ava que su verdadero padre, nunca quiso que naciera, y las abandonó a su suerte.

—Vamos a dormir —solicitó a Ava, la voz se le cortó.

—¿Ya no quieres a mi papá? ¿Por qué no te alegra que vaya a venir? —reclamó Ava, colocando sus manos en la cintura, observando con seriedad a su mamá.

—Tu padre y yo no nos vemos hace muchos años —explicó Vanessa—, debes entender que es una persona desconocida para ti, así sea tu padre, el cariño se lo debe ganar. —Intentó acercarse a ella, pero como siempre Ava retrocedió, la rechazó.

—Me voy a dormir —expresó.

Vanessa cerró los parpados, sintió un pinchazo en el pecho.

—¡Qué voy a hacer contigo, Ava! —susurró con la voz fragmentada.

****

Ryan conducía pensativo de regreso al apartamento, observó por el retrovisor como Hope se había quedado dormida, suspiró profundo.

«¿Qué voy a hacer ahora con una niña?» se cuestionó, y a la mente se le vino los días en los que tuvo su romance con Page. «¿Por qué la dejaste a mi cargo?» se preguntó, y entonces aquella sospecha volvió a rondar por su mente. «¿Acaso será Hope, mi…?»

Sacudió la cabeza, cuando su móvil empezó a sonar en repetidas ocasiones, frunció los labios al ver que era su abuela.

—¡Te he estado marcando millón veces! —reclamó la mujer con su ronca voz.

—¿Qué sucede abuela? —indagó.

—¿Cómo qué sucede? ¿Sabes algo de Hope? —recriminó en voz alta—, saliste de la mansión sin decir nada.

—Ya Hope está conmigo, se estaba quedando en casa de una amiga —respondió—, vamos para allá.

—¿Qué amiga? Seguramente donde la niña esa, hija de esa mujer a la cual no soporto —resopló—, hay que cambiar a Hope de…

Ryan colgó la llamada para no escucharla.

—¡Ryan! ¡Ryan! —vociferó la abuela—, este nieto sigue insolente como siempre, pero las cosas van a cambiar, debo conseguirle una esposa, ya es hora que siente cabeza, se haga cargo de los negocios familiares, y yo cuide de Hope.

****

Cuando Ryan llegó a la mansión Knight, sacó a Hope entre sus brazos, la abuela mandó a una de las empleadas con una manta para que cubrieran a la niña, del frío.

—Ya era hora de que llegarás —recriminó la abuela. —¿Cómo está la niña?

—Completa abuela, esa mujer no le sacó ningún órgano —resopló hablando con cinismo, mientras subía por las relucientes gradas de madera de la mansión hasta la alcoba de Hope.

—¡No seas insolente Ryan! ¡Soy tu abuela! ¡Merezco respeto! —vociferaba, subiendo con lentitud y con ayuda de su bastón las escaleras. —¡Escúchame!

Ryan hizo caso omiso, dejó a la niña en la cama, la arropó, y salió de la habitación. Rodó los ojos al ver a la abuela parada en el pasillo con expresión de sargento.

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