vendida romance Capítulo 5

- la compré

- ¿qué hiciste qué? - me grita mi amigo desde el teléfono

- que la compre hombre

- Gael, esa chica puede tener unos 17 o 18 años, ¿ como llego a ese lugar? - pregunta mi amigo

- no sé, yo no pensaba comprarla, solo quería una p**a, pero esta chiquita no lo parecía, cuando salió se veía tan tierna, inocente, y tímida que no soporte la idea de que otro hombre la comprara, no sabes cuánto me costó tenerla - digo con una débil sonrisa en mi rostro al acordarme de la suma que gaste en ella, pero valió la pena

- no puedo creer que hayas hecho esto amigo, es una niña debe estar en el instituto no es esos lugares

- lo sé, pero no sé cómo llego ahí, tengo que preguntarle

- si es mejor, bueno amigo te dejo en dos días voy a tu casa y la reviso

- ok cuídate

Han pasado una semana y ya Tamara se mueve más, aunque todavía no dejo que se pare de la cama

- ¿qué haces levantada? - ella me mira con temor, como siempre lo hace cuando me ve, odio que me mire así, pero bueno me lo tengo merecido casi la mato

- quería... quería ir al baño - dios es tan adorable, trato de acercarme a ella, pero ella retrocede

- Tamara no te haré daño, lo prometo - acaricio su mejilla y siento como se tensa, pero a medida que pasa el tiempo ella se relaja y yo decido preguntar lo que no me atrevía - ¿quién te llevo a ese lugar? - ella se pone tensa y por un momento se pone ausente como si estuviera recordando algo.

Tamara

cuando Gael, me hace esa pregunta es inevitable no recordar el día en que mi madre me llevo a ese lugar, vendiéndome como mercancía a ese asqueroso hombre, si ella no me hubiera hecho eso, no estaría viviendo el infierno que estoy viviendo ahora

- mi madre - suelto de golpe dejando sorprendido a Gael - ella me vendió como mercancía a ese cerdo, nunca me quiso - limpio una lágrima con rabia, mientras veo como Gael me observa de una manera extraña

- lo siento tanto Tamara - él me abraza y por alguna razón dejo que lo haga, ahora me siento tan vulnerable que se me olvido por completo todo lo que me ha hecho

- ¿como puede ser que una madre venda a su propia hija?

- no lo sé - en ese momento, aprovechando que él está calmado, decido hacer la estupidez más grande de toda mi vida- Gael, ¿puedo hacer una pregunta?

- si, claro - bueno, aqui voy

- ¿me dejarás ir? - al parecer mi pregunta no le gusto para nada, porque este se comienza a poner completamente tenso, sus manos se vuelven puños, y las venas de su cuello se empiezan a marcar de la fuerza que está intentando controlar

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