Vendiendo mi virginidad... AL CEO romance Capítulo 186

PDV Teresa

El sol de la mañana de esta lugar, se sentía muy bien, me coloque junto a la ventana para poder disfrutarlo en toda mi piel, una pena que ya tuviera que irme de aquí.

El día de ayer, Tomas y yo habíamos continuado nuestra excursión, habíamos visitado varios sitios, lo que más me gusto de todo lo que paso el día de ayer, fue cuando nos unimos a un grupo de turistas y exploramos unas cavernas acuáticas.

A pesar de ser solo rocas, fue muy bello, el guía nos llevó a ciertas zonas donde nuestro entorno adquiría una iluminación bastante llamativa.

Eso fue lo mejor todo, también disfrutamos mucho de las atracciones del hotel, en la noche de ayer, los organizadores de los eventos, planearon todo un espectáculo que uso la cultura local de aquí.

Aprendí muchas cosas gracias a eso.

Nuestra estadía aquí ya había terminado, el día de hoy proseguiríamos nuestro viaje más al sur, solo faltaba un poco más para poder llegar al siguiente continente.

Tomas y yo nos fuimos temprano del hotel en donde nos hospedamos, nos fuimos al hangar donde estaba su avión, no subimos y empezamos al viaje hacia el sur.

Tardamos un tiempo en poder llegar, arribamos a Venezuela, y poco después de bajarnos del avión, hable con Daisy para saber cómo iba a todo por allá.

— ¿Cómo va todo? ¿Estás haciendo lo que te dije? —le pregunte a Daisy por el teléfono.

—Si Teresa, todo está bien por aquí, solo han pasado 3 días, ¿Por qué tan preocupada?

—Por nada, solo quería saber, que no se ocurra saltarte las clases.

—Yo no haría eso, por algo me estas pagando, confía más en mí, ¿En dónde estas ahora?

—Acabamos de llegar a una isla, se llama Margarita, vamos camino al hotel.

— ¿Dónde queda esa isla?

—Pues en la mar tonta.

—Me refiero a en qué país estas tonta.

—Venezuela, estaremos unos días aquí y de allí iremos más al sur.

—Bien, toma fotos para que lo vea después.

—Obvio que hare eso.

—Si llegas a volver a hacer eso en el futuro Teresa, recuerda que debes llevar a tu amiga contigo la próxima vez, lo más lejos que eh ido yo ha sido al estado de al lado.

—Lo pensare, cuídate, te llamare mas tarde.

Le colgué a Daisy un instante después, en un par de minutos llegamos a nuestro hotel, nos arreglamos allí en poco tiempo antes de irnos a la playa los 2 juntos.

El sitio no estaba tan lleno como pensé, pero seguía habiendo mucha gente en todos lados, Tomas y yo nos acomodamos y luego nos fuimos al agua, esta era cristalina, se veía muy bien.

Habían numerosas olas en la zona donde estábamos, Tomas rento una tabla para poder practicar surf, también me rento 1 a mí y quiso que lo acompañara, me negué, no sabía nada de eso y no quería accidentes.

Al final se fue solo mientras yo lo esperaba en el agua, no había visto surf antes, y me maraville un poco al ver a Tomas hacerlo en persona, aunque se notaba que era novato en esto.

Mientras estaba viéndolo, un par de personas se me acercaron, era 2 chicos y 1 chica, llegaron a mí de forma repentina, no los note hasta muy tarde.

Empezaron a hablar conmigo, parecían ser bastante amistosos, 1 de ellos lo fue en especial, estaba tratando de ligarme, rechace sus avances de forma disimulada pero aun así seguí hablando con el grupo mientras esperaba a Tomas.

La chica y uno de los chicos estaban en pareja, debieron haber venido como forma de apoyo a su amigo mutuo o algo parecido, quizás para hacerme entrar en confianza con su presencia.

Mientras seguía hablando con ellos, sentí que alguien me jalo del brazo, me asuste por un instante antes de darme cuenta de que había sido Tomas quien llego por atrás, ni idea de cuando fue que vino

— ¿Quiénes son ellos Teresa? —me pregunto.

Unos instantes después, le presente a estos chicos a Tomas, este último fue cortes, pero no tardó mucho en decirles a ellos que yo estaba con él.

Mis compañeros se sorprendieron, en especial el chico que trato de ligarme, Tomas poco después de presentarse y saludar, dijo que teníamos cosas que hacer y me llevo lejos, a penas y si pude despedirme.

—Teresa, no hables con cualquier extraño que se te cruce en frente, y menos con hombres —me dijo mientras salíamos del agua.

— ¿Por qué? —pregunte.

—Es peligroso.

—Solo estábamos hablando de forma amistosa Tomas, y estábamos en público, no sería malo que hiciéramos unos amigos mientras estamos aquí.

—Solo vamos a estar unos días nada más Teresa, y no tengo interés en volverme amigo de ellos.

— ¿Por qué?

— ¿Por qué? Veamos, ¿Por qué crees que no quiero tener nada que ver con el grupo que trataba de ligar con mi novia? Piensa, Teresa, piensa.

—…

—No empieces a hablar con desconocidos, y menos con cualquier tipo que se te cruce en frente Teresa ¿Entendiste?

—Sí, si, no lo volveré a hacer.

—Eso espero.

No pude evitar preguntarme si Tomas tendría la misma actitud en el futuro… me iba a ser difícil tener amigos varones con ese comportamiento.

Permanecimos en Margarita unos días más antes de partir a nuestro siguiente destino, fuimos a ver el Santo Ángel, la cascada más grande del mundo, el cual quedaba en el mismo país.

Tomas y yo nos paseamos junto con un grupo de turistas, no subimos hasta la cima de esa cascada, fue algo difícil tener que subir tanto, por suerte estaba en forma con los ejercicios que eh realizado este tiempo, Tomas no me había dejado descuidar.

Mientras estábamos allí, en los momentos que estaba sola debido a que Tomas tuvo que ir a buscar o hacer algo, algunos chicos me abordaron de vez en cuando, fue la misma situación que en Margarita, Tomas me alejo sin decir mucho, y volvía a echarme el regaño.

¿Qué iba a hacer? ¿Decirle a cada sujeto que tenía novio y señalar a Tomas mientras estaba con ellos?

Estaba exagerando, y era algo tonto, pero no afecto nada, y lo deje pasar, después de nuestra aventura en esas cascadas, nos continuamos quedando un tiempo más en la zona, antes de partir de nuevo.

Esta vez nuestro destino seria Perú, la siguiente parada seria ver el algo que se llamaba el Machi Picchu, una atracción local para turistas, era bastante famosos según Tomas.

Llegamos no mucho después, ya había pasado 1 semana desde que empezamos a viajar, me había mantenido en contacto todo este tiempo junto mi familiares, también me mantuve en contacto con Mía y Vincent para ver como marchaban las cosas con la asociación que teníamos planeada.

Mi mama me llamaba todos los días para saber cómo estaba, también mi hermano, de hecho lo hacían 2 veces, en la mañana y en la noche, siempre querían saber todo lo que hiciera.

Llegamos al país, y nos fuimos de excursión como en los demás, dejamos para ir al Machi Picchu de último, lo mejor para el final.

Ya era de noche, mi mama me llamo como de costumbre mientras Tomas se bañaba.

—Aquí puedes mirar el hotel, ¿Ya ves? —le dije a mi mama, mientras le mostraba mi habitación.

—Sí, ¿Dónde está Tomas? ¿Estás sola allí?

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO