VENGANZA EQUIVOCADA (Saga Los Ferrari) romance Capítulo 5

Anabella, llegó al Aeropuerto y tomó su vuelo con destino a Palermo, no había podido desechar la tristeza, ¿Cómo iba a hacerlo? Si las palabras proferidas por Sebastián se repetían constantemente, cada gesto, desprecio y humillación que había sufrido de su parte.

Ella lo había amado desde siempre, fue su héroe, su modelo de hombre ideal, —Ja ja ja— se carcajeó—resultó que mi ídolo tenía pies de barro.

Esos eran sus pensamientos hasta que llegó a su destino en menos de cuarenta minutos, la ciudad de Palermo, el lugar que amaba, donde nació y se crió y del que tantos recuerdos buenos tenía, hasta ahora que había sufrido la humillación más grande y cuyo recuerdo era recurrente, por eso quería irse, alejarse y empezar de nuevo en otro lugar, pero ya pensaría en eso, necesitaba estar con sus padres contarle sobre el bebé y sentirse querida, porque en ese momento se sentía tan insignificante, tan poca cosa, Sebastián no sólo la había tomado, sino que también la arrojó a la basura sin remordimientos.

Se secó las lágrimas que brotaron de sus ojos, tenía que superar ese momento, no era la primera ni sería la última que padecía algo así, debía ser fuerte para que nunca nadie la volviera a humillar, tenía que recuperarse, por su bebé y por ella misma.

Al aterrizar en el Aeropuerto Punta Raisi de Palermo, tomó un taxi para ir a su casa, cuando llegó, abrió la puerta principal, y al entrar a la sala de estar sus padres la estaban esperando, ella les había avisado que estaba en camino. Ellos la recibieron ansiosos, abrazándola, ella les regresó el gesto y los saludo —Madre, padre me contenta que estén bien. Discúlpenme por no avisarles que me iba ausentar por tantos días, pero necesitaba meditar en todo lo que está pasando en mi vida.

—Tranquila hija. Lo entendemos. Sin embargo, no pudimos evitar la preocupación. Teníamos temor de que te pasara algo. Solo recibimos el mensaje donde decías que estabas bien. Por favor no nos pongas a pasar nuevamente por esa zozobra.

—De verdad lo siento, no volveré a hacerlo, si me vuelvo a ir los llamaré diariamente—afirmó—. Madre, padre, tengo otra noticia que darles—pronunció avergonzada, dio un suspiro, cerró los ojos y soltó de sopetón—, estoy embarazada, por eso me fui. Necesitaba pensar, estuve a punto de abortar éste bebé, luché conmigo misma para no hacerlo, hasta que la voz de mi conciencia me incordió y salió vencedora, por eso al momento de someterme al procedimiento me arrepentí —mientras hablaba, un sollozo escapó de sus labios y lágrimas comenzaron a surcar su rostro—, no pude acabar con la vida de mi hijo y ahora siento tanto remordimiento, por sólo haberlo pensado, pero es que estoy tan asustada con ésta responsabilidad que me cayó encima.

Sus padres se quedaron viéndola sorprendidos pero sin recriminarla, hasta que luego de un momento, la primera en hablar fue su madre, diciendo—No te preocupes mi niña, no tienes nada de que avergonzarte, son cosas que pasan. Además, lo importante es que no pudiste hacerle daño a tu bebé, porque ya amas a esa criaturita que crece dentro de ti, y respecto al miedo todos los sentimos en ese momento cuando nos enfrentamos al inicio de una nueva vida ¿Crees que no me sentí aterrada cuando supe que estaba embarazada de ti? —manifestó con ternura—, pero el amor, me ayudó a superar todos los obstáculos que se presentaron, y me inspiró a continuar y a no darme por vencida, porque el amor es el don que nos impulsa a seguir adelante, a ser mejores personas, es la esencia de la vida misma, y en mi caso fue él amor que sentí por ti. Con el tiempo comprobé y tú también lo harás, que todo sacrificio valió la pena y que si tuviera la oportunidad de cambiar las cosas, sin lugar a duda no cambiaría nada, haría exactamente todo cuanto hice —terminó emotiva su madre, abrazándola nuevamente.

Mientras que su padre le dijo —Ese bebé es bienvenido a ésta casa, va a ser mi nieto por partida doble, porque es hijo de mi hijo, y sabes que a ti aunque no seas mi hija de sangre te amo como tal, eres la hija de mi corazón. Lo que si voy a pedirte, es que hables con Sebastián, no le vayas a negar el derecho de ver a su hijo y de relacionarse con él. Tiene derecho a saber que va a ser padre. Además eso lo hará feliz y hasta puede que después de todo, se logren solucionar las cosas entre ustedes —concluyó emocionado.

Bella sonrió con melancolía —Lo siento padre eso no será posible. Ya hablé con él y la palabra más dulce que me llamó fue zorra —expresó haciendo una mueca—, también me dijo que éste bastardo que estoy esperando no era su hijo —su padre se sorprendió y una mirada de tristeza asomó en sus rostros mientras lágrimas pugnaban por salir de sus ojos.

Ella intentó ocultarle y y protegerlo de las palabras tan duras que le había dicho Sebastián, pero él no lo permitió.

—Anabella hija, quiero que me cuentes todo lo que pasó, por favor no me ocultes nada, quiero conocer la verdad —le dijo su padre.

Ella titubeó un poco, pero luego de pensarlo unos segundos le respondió —Está bien padre te contaré lo que pasó — . Y así les contó a ambos, toda la conversación que había sostenido con Sebastián.

Al terminar de contarles, ambos estaban acongojados y su padrastro le dijo: —¡Por Dios mi niña! Me siento tan avergonzado por la actitud de Sebastián, no entiendo porque se está comportando de esa manera, yo no lo críe así, desconozco en que momento se envenenó tanto por una venganza que no tiene razón de ser, jamás hicimos nada en contra de su madre; No entiendo nada, él te quería cuando estabas chica, tú eras la niña de sus ojos, te protegía de tal manera, que no quería que te dejáramos salir con nadie, estoy desconcertado hija, no se que pensar, pero quiero que me perdones por todo el daño que te está causando mi hijo —le dijo afectado.

—Tranquilo padre, tú no has hecho nada, no es tu culpa, no tengo que perdonarte, por el contrario debo agradecerte por tu dedicación, eres una persona extraordinaria, me recibiste y me has tratado como tu hija, sólo he recibido amor de tú parte —pronunció Anabella dándole un beso en cada mejilla.

—Sabes que puedes contar conmigo y con tu madre hija, nunca te abandonaremos, lo que necesites solo dímelo. Mi nieto no tendrá un padre que lo ame, pero tiene un abuelo que con gusto se consumirá por hacerlo feliz y darle todo el amor que reboza en mi pecho, va a ser la criatura más amada —le dijo su padre.

—Gracias padre, no esperaba menos de ti —respondió sintiendo un aliciente en su corazón con sus palabras.

Luego de la emotiva platica, conversaron por un rato más, hasta que fueron interrumpidos por el sonido de su celular —Aló.

—Aló Bella, te habla Fernando ¿Cómo estás?

—Muy bien. Llegando de Roma sólo hace un momento —respondió ella.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: VENGANZA EQUIVOCADA (Saga Los Ferrari)