Abandonada y Embarazada [#1 Trilogía Bebés] romance Capítulo 33

Sacudí mi cabeza y miré por última vez el pasillo por el que había escuchado desaparecer los pasos de Alex. Lo principal en ese momento era ver a mi hijo, ya después podía hablar con él y aclarar todo.

Dirigí mi vista hacia el consultorio y divisé a James haciendo un gesto con sus manos como si me esperara para entrar conmigo. Resoplé molesta y restregué mis ojos con rabia. Acomodé un poco mi cabello y me encaminé hacia él. Una oleada de valentía invadió mi ser con cada paso que daba. No iba a permitir que James presenciara el ultrasonido. Había esperado tanto por verlo y no dejaría que él lo arruinara todo, como siempre.

—Vete —pedí con rabia, interponiéndome en la puerta.

Los demás pacientes que esperaban su turno me miraban extrañados. Algunos sonreían, ver a una mujer embarazada en una posición tan graciosa no era cosa de todos los días. Parecía un arquero de futbol, con los brazos extendidas y las rodillas flaqueadas.

James me miraba con mucha furia y vergüenza, le estaba frustrando su "ingenioso" plan.

—No me voy a ir sin ver a mi hijo —masculló en un gruñido—. Es mi hijo y este es mi derecho.

—Y el derecho de mi bebé es no tenerte como padre —repliqué molesta y sin dejar de ver sus ojos marrones con mucha rabia.

—¿Hablas de derechos cuando ni siquiera cumples tus deberes?—interrogó Mell a mi lado conteniendo su rabia—. ¿Qué clase de hombre hace eso?

—¿Ahora se creen abogadas? —cuestionó con ironía y luego soltó una risita amarga—. No me interesa lo que digan, soy James Carter y...

—Y eres un idiota —repuse de inmediato y Mell aplaudió con entusiasmo.

—Voy a pasar, quieras o no, Bella —replicó James con odio y me tomó del brazo.

—Suelta a mi amiga o no sabes de lo que soy capaz —amenazó Mell furiosa y alejó a mi ex con un empujón.

—¿Qué está pasando aquí? —interrogó una voz masculina detrás de mí, me giré un poco para descubrir al doctor Smith que nos observaba con desconcierto y una expresión confusa y algo impaciente—. ¿Se puede saber qué es este alboroto?

Giré mi rostro un poco y lo miré avergonzada por haber sido la culpable de ese embrollo, pero antes de que pudiera decir o hacer algo, James tomó la palabra.

—Ya sabe como son las mujeres —dijo con sarcasmo y rodó los ojos con fastidio, como tratando de ganar gracia con el médico.

—Claro que sé cómo son las mujeres, además de hermosas, especiales y gracias a una estás aquí —espetó con firmeza el doctor y sonreí de lado, le había salido mal su truco—. Bella ¿qué haces? —cuestionó y tocó mi hombro con delicadeza—. No es saludable esa posición para tu bebé.

—Tampoco lo es la presencia de este hombre aquí. Si él entra, yo no —dije con seguridad—. Siento mucho que esto esté sucediendo, doctor, pero no quiero que entre, no lo merece.

—¡Es mi hijo! —exclamó James con furia lanzándome miradas de odio—. Es mi derecho entrar contigo, porque ¡estás esperando un hijo mío!

—Eso no lo pensabas hace unos días, cobarde —refuté furiosa—. No tienes derecho a reclamar una paternidad de la que dudaste desde el primer minuto, a pesar de saber que es tu hijo. Eres un gran cobarde y te quedó muy grande el puesto de papá.

—Quiero ver a mi hijo, exijo verlo, es un Carter y...

—Señorita —interrumpió el doctor Smith, dirigiéndose a la enfermera de la recepción—, por favor, llame a seguridad.

Mell y yo nos miramos sorprendidas. Al parecer hasta para el doctor, James le provocaba malos sentimientos.

—No soy quién para meterme en estos asuntos, pero señor, le diré algo: a usted no lo he visto en ninguna cita de control. Además, si la señorita dice que no quiere que esté presente, yo no puedo forzar su decisión, ella sabe porqué lo quiere así —argumentó el médico con total seriedad y las facciones de James se tensaron.

—Pero, doctor...

—Espere... ¿no fue usted el que vino por una prueba de paternidad y que armó un escándalo porque quería los resultados a los diez minutos? —preguntó y bajó sus anteojos para observarlo mejor, asintió lentamente mientras James adoptaba un color blancuzco—. No creo que quiera que lo saquen como la última vez, no fue nada agradable tener que sacarlo del contenedor de basura.

Dicho esto, James se dio la vuelta y salió como si una serpiente lo correteara perdiéndose entre los pasillos y ante mi mirada atónita e incrédula. Sin darme cuenta había bajado mis brazos, de tal forma que parecía una jorobada. Mell corrió a sostenerme, sentía que en cualquier momento me desplomaría, esas palabras me habían helado la sangre.

¿Prueba de paternidad? ¿De quién? ¿Qué ocultaba James? ¿Mi bebé no era el único?

—¿De qué habla, doctor? —pregunté de inmediato y mi voz sonó temblorosa—. ¿Prueba de paternidad?

—Lo siento, Bella. No puedo dar esa información—repuso el doctor negando con la cabeza—. Puedes pasar. Todo está preparado para el ultrasonido —agregó con amabilidad entrando al consultorio.

Di algunos pasos a rastras y luego recordé cuál era mi propósito aquel día, ver a mi hijo era más importante que cualquier cosa, más importante que cualquier traición. Así que exhalé y con dificultad volví a tomar aire nuevo, cerré los ojos y luego los abrí, tomé el brazo de mi amiga y caminé con determinación. Nada iba a arruinarme el momento.

—¿Duele? —preguntó Mell con nerviosismo y entrecerrando los ojos para no ver hacia la camilla donde estaba el equipo de ecografía.

El doctor sonrió y yo entorné los ojos. Ya suponía que eso pasaría, pero lo no creí hasta que lo escuché.

—La ecografía es indolora e inocua, nada de rayos equis ni algo que afecte a la madre o al bebé —explicó con voz pausada mientras encendía el equipo—. Necesito que te coloques esta bata. —Me la extendió, era de tela suave y de color celeste, la tomé y sonreí—. El baño está en el fondo.

Pasé al lado de Mell, que me miraba asustada, más nerviosa estaba ella que yo. Le dirigí una mirada tranquilizadora, mientras caminaba hacia el baño, pero ella hizo una mueca de pánico y su rostro estaba pálido. Negué con la cabeza y esbocé una sonrisa al imaginar todo lo que tendría que pasar cuando le tocara a ella.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Abandonada y Embarazada [#1 Trilogía Bebés]