Al instante que soltó Patrick sus palabras se arrepintió, al ver el rostro desilusionado de ella la cual se paró tomo su mochila dispuesta a salir del baño no iba a soportar una humillación más. Pero la tomo del brazo atrayedola a el para envolverla en un cálido abrazo.
—Perdóname, no debí decir eso, sabes cómo me hace sentir todo esto, ¿por qué? — su garganta se cerró y una lagrima todo por su mejilla. —esos cuatro me lo pagaran —ella negó con la cabeza.
—Podemos simplemente irnos a tu casa, no tengo ánimos de estar más en la escuela— el asistió. Kharolan a pesar de no estar más con sus papas no quería que ellos se vieran afectados en esta situación, los amaba a pesar de todo.
Kharolan lo esperaba sentada en las bancas de afuera esperando a Patrick el cual estaba hablando con el entrenador, tocaba su vientre mientras susurraba una melodía, por su mente pasaban mil cosas y esperaba que después de haberle dicho casi toda la verdad , las cosas podían cambiar, omitiendo que hasta hace poco sus supuesto amigos seguían abusando de ella.
Unos gritos que provenían del campo la sacaron de sus pensamientos , inmediatamente se imaginó lo que estaba pasando y corrió.
Al llegar ahí se dio cuenta como Patrick, tenía en el piso a Charly lo golpeaba salvajemente. Mientras unos pocos estaban a su alrededor y gritaban eufóricos.
—Patrick—Gritó ella llegando corriendo hasta él.
El la miro, con una mirada cargada de furia y en ese instante recibió un golpe, el cual respondió haciendo que Charly se
desmayara. Se paró tomo la maleta que estaba tirada a un costado aparto a las escasas personas y le dio un beso a Kharolan que temblaba.
—No te asustes amor, vamos mi madre quiere conocer a su nieto—el tomo de la mano y se fuero ante las miradas de los que habían presenciado.
—No tenías por qué hacer esto —hablo mientras veía el golpe que ya se tornaba mas rojo en su cara.
—Eso no es nada, tú no sabes la rabia que me da verlos, yo pensaba que eran mis amigos— su voz se escuchaba decepcionada — y de años, no puedo creer que pudieran ser capaces de esto y dejarse manipular por Leah—negó con la cabeza.
—Tú sabes que ella se aprovecha de su poder y de la dependencia de empleo de su padre hacia los nuestros — Patrick asistió. Sabía que Leah estaba rota hasta cierto punto, pero ahora se había convertido en algo que ella odio.
—Yo quiero que tu estés tranquila— el llevo las manos al vientre de Kharolan tomándola por sorpresa. —Hazlo por el — Ella le regalo una sonrisa ante sus palabras.
— Lo estaré lo prometo, pero enserio no necesito que sigas pelando por mí, simplemente no hay que darle importancia a quien no lo merece—Patrick asistió y la tomo por el cuello para después fundirse en un beso que hizo suspirar a ambos. Leah a lo lejos los observaba, imagino que hace poco tiempo el hizo eso por ella y sintió unas punzadas de celos, lo quería con él, a pesar de que no sintiera ni amor, ni deseo por el, solo agradecimiento, asi que lo tenia que tener de vuelta y usaría su ultimo recurso para que regresara a ella.
Llegaron a su casa, Kharolan aún estaba asustada por lo sucedido, Patrick el golpe que había recibido se comenzaba a inflamar. ambos se fueron a bañar pero ninguno emitió una palabra en el proceso, la castaña salió aun sin decir nada y se sentó en la cama con la mirada perdida, Patrick la miro con una toalla enrollada en la cintura y se sentó a su lado.
—Superaremos esto te lo juro— rompió el silencio para mirarla a los ojos.
—No podemos, estoy rota, dañada— sollozo
—Te quiero— sus palabras fueron sinceras era la primera ves que el lo decía y el corazón de Kharolan se acelero —Y nada me importa más que ustedes dos, cámbiate que en dos horas conoceremos a este campeón—Sonrieron
—O princesa—dijo ella —Patrick
—Dime— la miro de una forma que nunca la había visto causando un suspiro.
—Gracias por todo-—el rubio la vio, tomo su mano y la beso.
Se acercó a ella y la beso, saboreando lentamente sus labios, metió su lengua y la tomo por la nuca.
Comenzó a hacerle preguntas de rutina a Kharolan y ella las contestaba, después de 5 minutos le dijo que se acostara en la cama.
La castaña camino hacia la cama en donde se acostó, descubrió su vientre , el ginecólogo se acercó junto a Marianne y Patrick , prendió el aparato y vertió un gel en el pequeño vientre, colocó el aparato en su estómago y comenzaron a aparecer pequeñas manchitas blancas en la pantalla negra, después el ginecólogo tecleo en la pantalla y el sonido del corazón se comenzó a escuchar, Por la mejilla de Kharolan rodaron lágrimas de felicidades después de haber tenido unos días horribles, algo bueno le había pasado y era ese bebé.
Patrick por su parte observaba sin aun entender, pero se instalo un nudo en la garganta, se había sentido mal de a ver tratado así antes a Kharolan, sabia que las cosas tenían que cambiar así que se acercó y la tomo de la mano, confundiendo a la castaña, le beso la mano y después sus labios viajaron a su frente. Mientras su madre los veía, ella confiaba en que su hijo iba a salir adelante, aunque estaba en duda si podría Kharolan y el estar juntos a pesar de ver como ellos se miraban.
Después de que el ginecólogo imprimiera las fotos pertinentes, le recetó medicina y le dio los consejos necesarios.
Salieron del consultorio primero Marianne y seguida de la joven la cual fue alcanzada por Patrick, tomo su mano haciendo que se detuvieran.
—Perdóname por ser un imbécil durante todos estos días No sé qué —tartamudeo.
—Te entiendo, yo si se lo que paso—restó importancia ella. Kharolan también se sentía muy herida pero no quería arruinar su momento de felicidad.
—No, Enserio te quiero y quiero estar bien por este bebé y por nosotros. —sus palabras eran sinceras.
Ella solo asistió, no sabía si creerle al padre de su hijo, solo sabía que tenía que salir adelante, mientras tanto tenía que pensar en el bebé.
Al llegar a la casa, Kharolan subió las escaleras y se fue directo su cuarto, quería estar unos minutos en paz, quería tratar de olvidar todo, tomo la foto que se había quedado, ya que las otras Marianne las había guardado, ya no sabía si lo de Patrick funcionaria solo le agradecía el techo y la comida, no quería discutir, no quería pensar solo quería estar tranquila por él bebé que crecía en su vientre. Se recostó y cerró sus ojos quedando totalmente dormida. No sabía cuanto tiempo paso hasta que comenzó a sentir esas manos ya conocidas moviendo su cuerpo con suavidad, abrió los ojos, encontrando el azul de los ojos de el mirándola.
—¿Podemos hablar?.
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