Adicto A Una Belleza Versátil romance Capítulo 7

En la villa de Jackson, Janet llegó a su casa y vio a Megan. Tras saludarla, se encerró en la habitación. La expresión de Megan era sombría mientras miraba intermitentemente la habitación del segundo piso.

La villa estaba en silencio; solo se oían sus suspiros. Solo cuando apareció otra chica se le dibujó una sonrisa en la cara.

—Mam!, he vuelto.

Al ver que Emily había regresado, Megan esbozó una sonrisa amable y atenta.

-Emily, has vuelto. ¿Tienes hambre? Le pediré al ama de llaves que te prepare algo para comer.

Emily negó con la cabeza.

-No tengo hambre. Mami, ¿estás cansada? Deja que te dé un masaje en la espalda.

Megan asintió con una amplia sonrisa en la cara.

La única persona en la que podía confiar era esta hija suya, que ni siquiera era su hija biológica; su hija biológica la trataba como una enemiga. Le dio problemas después de asistir a la escuela durante solo unos días. Hoy, la profesora del Instituto Star les había llamado especialmente para decirles que Janet no prestaba atención en clase y coqueteaba con los chicos.

«Uf, fue en verdad vergonzoso. Brian y mi reputación, que habíamos mantenido durante toda nuestra vida, fueron destruidos a manos de Janet».

-Mamá, ¿está Janet en casa?

Megan hizo un mohín mientras echaba una mirada al segundo piso con el rabillo del ojo.

-Está arriba. Emily, ayúdame a darle un consejo.

Emily dio unas palmaditas en la espalda de Megan y la consoló:

-Mami, no te preocupes. Aunque no sea seria en la escuela, yo ayudaré a supervisarla.

Megan asintió, ya que no sabía qué más podía hacer.

«Solo esta hija es fiable».

Cuando Emily subió las escaleras y llamó a la puerta, abrió la ventana para asomarse al interior. Vio a Janet sosteniendo la revista de subastas más reciente en su mano mientras encendía de forma intermitente su teléfono para enviar algunos mensajes de texto.

Emily la encontró ridicula. «¿Está leyendo una revista de subastas? ¡Qué fanfarrona!»

Sin embargo, Janet hacía tiempo que había descubierto los comportamientos furtivos de Emily, pero no la desenmascaró, sino que siguió chateando por teléfono.

Deseo: —Janet, la cabeza de toro de bronce que conseguimos en la subasta de la ONU ha sido devuelta al gobierno.Janet: -De acuerdo. Me siento cómoda dejando el asunto en tus manos.Deseo: -Janet, el reportero de la ciudad de Sandfort quiere entrevistarte sobre tus ideas acerca de la devolución de las reliquias culturales, y el alcalde también quiere verte. Janet: -Estoy ocupada. Recházalo'.Deseo: —¿ Te niegas a reunirte con ellos en ocasiones tan importantes? Janet, ¿qué has hecho en el último tiempo?

Janet respondió:

-Estoy ocupada preparando un examen.

Luego, se desconectó.

Deseo, que estaba en medio de una tarea y al fin consiguió sacar algo de tiempo libre, se quedó boquiabierta.

«¿La jefa todavía tiene que hacer exámenes? ¿Qué examen? ¿Licencia de conducir? Licencia de buceo... ¿Qué más no tiene?»

Justo después de que Janet guardara su teléfono, Emily llamó a su puerta.

-Janet, ¿puedo entrar?

Al escuchar su tono lastimero, Janet no pudo soportar dejarla fuera.

-¿Qué pasa?

—Mamá está preocupada por ti, así que me ha pedido que suba a ver cómo estás.

-Estoy bien. ¿Hay algo más? -preguntó de forma casual, elevando su tono final.

Emily se mordió los labios, como si fuera a romper a llorar al segundo siguiente.

—Janet, ¿es cierto que me odias? ¿Me odias por haberte arrebatado el amor de tu madre? ¿O tal vez porque me odias por negarme a marcharme? -Mientras hablaba, las lágrimas se agolparon en sus ojos—. ¡Pero yo también soy inocente! Janet, no puedes tratarme con tanta frialdad. -Con las lágrimas cayendo por sus mejillas, miró a Janet con lástima.

Janet, por su parte, lucía una sonrisa mientras la observaba con frialdad montando un número.

-¡Deja de llorar! -Se levantó. Ignorando a Emily, se dio la vuelta para salir de su habitación, pero entonces se volvió hacia Emily y pronunció-: No puedo molestarme en odiarte.

Al oír eso, Emily apretó con fuerza los puños. Miró la vista trasera de Janet antes de secarse las lágrimas con fuerza.

En ese momento, la criada terminó de preparar su comida, así que gritó:

-Señorita Janet, señorita Emily, bajen a comer.

Capítulo 7 1

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