Amor desgarrado romance Capítulo 96

Al escuchar mi respuesta, Yonatán abrió los brazos y me abrazó y dijo, -Genial.-

Escuché su risa como un niño.

Inexplicable, me sentía un poco relajada, me sentía más segura cuando me quedaba con él.

Aunque estaba segura que yo no amaba a Yonatán, me sentía muy cómoda quedándome con él.

Creía que esto debería ser suficiente.

Amaba a Hector, pero no podía darme una sensación de seguridad, lo cual no era bueno.

Yonatán me acompañó a casa primero, después de cambiarme de ropa, me pidió salir para comer, recordé que quedaban algunos ingredientes en la heladera, así que le dije, -Comemos en casa, te lo cocinaré yo.-

-¿En realidad?-

Yonatán me miró con incredulidad.

Sonreí y dije, -De verdad, no te preocupes, cocino muy bien y no te envenenaré.-

-Siempre que lo hagas, incluso si sea veneno, estaré dispuesto a tomarlo.- Dijo Yonatán, y me siguió hasta la cocina, se subió la manga de la camisa y me preguntó, -¿En qué puedo ayudarte?-

Trabajamos en la cocina durante más de una hora y preparamos dos platos y una sopa.

Después de comer, Yonatán se ofreció a lavar los platos, yo te negué, pero él sostuvo mi mano y la besó levemente, diciendo, -Quiero quedarme contigo, no es para que me cocinas, ni para que laves los platos, es para darte cariños y mi amor.-

Me sonrojé en un instante.

No sabía qué decir, así que sacudí la mano, -Entonces no los lavaré.-

Luego me hice a un lado y contemplé a Yonatán lavar los platos con destreza.

No se fue hasta las once de la noche.

Antes de irse, llevó mi pasaporte y dijo que necesitaría medio mes para tramitar la visa.

Era decir, solo me quedaría medio mes en la Ciudad Yiela.

Al día siguiente, iba a renunciarme.

Aunque Hector no estaba de acuerdo, empaqué mis cosas sin volver más.

En los últimos días, me quedé en casa e hice llamadas telefónicas con Alicia algunas veces.

El tiempo pasaba día a día.

Dos semanas después, Yonatán me informó que se tramitó la visa y había contratado con una empresa local, una vez fuera contrato oficialmente por esa empresa, podría convertir directamente la visa de turista en una visa de trabajo.

Además, también compró los billetes de avión, eran solo tres días después.

Le pregunté si se lo había dicho a sus padres, Yonatán guardó silencio un rato antes de decir, -Les avisaré después de llegar allí.-

Le aconsejé por teléfono que era mejor que se lo contara a sus padres.

Los padres de Yonatán eran muy simpáticos, si supieran que su hijo se iba al extranjero, definitivamente estarían preocupados.

Y a medida que los ancianos, naturalmente no querían separarse de sus hijos.

A pesar de tratar de persuadirlo una y otra vez, Yonatán simplemente dijo, -Ya lo sé.-

Era obvio que no les diría.

La noche que Yonatán me llamó, cuando estaba en casa, ¡escuché un golpe violento en la puerta!

Hector.

¡Solo este nombre apareció en mi mente!

-¡Abre la puerta!-

Pronto, la voz de Hector sonó desde la puerta, muy irritable, pero un poco confusa, sabía que estaba borracho.

¡Me dije a mí misma que nunca debía abrir la puerta!

-¡Abre la puerta, abre la puerta!-

La voz de Hector era fuerte.

Como era de noche y la casa estaba vacía, escuché su voz con mucha claridad.

Después de que no abrí la puerta, empezó a presionar la videollamada en la puerta.

La dura campana sonó por toda la habitación.

No tenía más remedio que contestar la videollamada en la puerta, mi primera frase era, -Ve, no voy a abrir la puerta.-

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