Amor destinado romance Capítulo 3

Aterrorizada, Shen Q¡ se agarró a la manta para taparse el cuerpo y se envolvió en ella, como si alguien le estuviera acosando.

Aunque Ye Moxuan solamente tuvo un vistazo de su belleza encantadora, sus ojos se oscurecieron un poco, y su voz fría se escuchó ronca mientras el deseo comenzó a llenar su ser. Entonces se rió.-

-Se te da muy mal hacerte la inocente —con una mirada glacial, continuó—: Si no puedes complacerme, ¡entonces lárgate de aquí!

Dicho eso, impulsó la silla de ruedas y se dio la vuelta.

-¡Espérate un momento!

Mirando la espalda indiferente y despiadada de Ye Moxuan, Shen Qi se inquietó tanto que se levantó de la cama, aún envuelta en la manta. Entonces gritó a su espalda:

-De todos modos no puedes hacerlo, ¿así que por qué me estás torturando así? ¿No es mejor para los dos que convivamos en paz? También te ahorra el problema de casarte otra vez.

Sus palabras hicieron que Ye Moxuan, y su silla de ruedas, se pararan en el sitio.

Su cuerpo permaneció quieto, pero giró la cabeza un poco. Entonces le alzó una dura mirada desde el rabillo de sus ojos mientras su voz diabólica declaró:

—¿Quién dice que no puedo hacerlo?

Los ojos de Ye Moxuan eran tan peligrosos como una bestia salvaje en la noche oscura. Sintió que podría lanzarse y matarla si dijera otra palabra.

«¿Qué está pasando? ¿Cómo puede este hombre tan claramente discapacitado emanar un aura tan fuerte?»

Ye Moxuan ya había ajustado la dirección de su silla de ruedas y se le acercaba lentamente, sus ojos oscuros como la noche. Viendo esto, Shen Qi, envuelta en la manta, dio dos pasos para atrás sin darse cuenta.

En poco tiempo él, que estaba sentado en la silla de ruedas, ya se encontraba delante de ella. Enseguida levantó una mano y agarró su delgada muñeca, mientras con la otra mano le quitó la manta del cuerpo.

-¡Ah! —de inmediato Shen Qi cayó encima de su regazo.

—¿Qué es lo que acabas de decir? —dijo Ye Moxuan a través de labios fríos, sus ojos penetrantes fijados en ella.

-Se rumorea que eres im...impotente -...en un estado de pánico, Shen Qi intentó taparse el cuerpo mientras dijo con la cara ruborizada—: ¡Déjame ir!

Su repentino acercamiento hizo que ella sintiera pánico, mientras su aura fogosa y masculina la envolvió.

«¡Qué energético, dominante y peligroso!»

-¡No me lleves al límite!

—Por última vez, puedes quedarte solo si me complaces.

El color desapareció del rostro de Shen Qi mientras sus labios temblaron.

Mirando sus ojos determinados, por fin Shen Qi se llenó de valor e intentó como pudo sacudir la sensación de vergüenza, revelando el cuerpo entero a aquel hombre. Entonces estrechó sus manos agitadas y comenzó a desabrochar su camisa.

Primer botón, segundo botón...

De repente, una ola de náusea invadió su cuerpo.

—¡Puaj! —Shen Qi tuvo una arcada incontrolable.

Enseguida, sintió un dolor repentino en su mandíbula; él le agarraba la barbilla con una mano mientras un aura siniestra emanaba de su cuerpo.

-¿De verdad que te doy tanto asco?

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