"¿Eres Ángela?" Yolanda decidió saludar a Ángela. "Hola, me llamo Yolanda."
Ángela echó un vistazo a Yolanda y respondió de forma desinteresada: "Mmm, me voy ahora."
Ángela se fue con Ian de la casa de los Ferro.
Yolanda se quedó mirando en la dirección en la que se había ido.
Ángela era más joven y bonita de lo que había imaginado. ¿Qué estaba haciendo aquí con Stuardo hoy?
Y venía con un niño...
¿Podría ser el hijo de Stuardo?
Así que, ¿venía con su hijo para volver a casarse con Stuardo?
Al pensar en esto, Yolanda se sintió incómoda.
Stuardo no volvería con Ángela solo por un niño, ¿verdad?
"Stuardo, lo siento, vine sin avisarte", dijo Yolanda, señalando el pastel en la mesa. "Un amigo me trajo un pastel y no puedo comerlo todo, así que lo traje para compartir."
Stuardo echó un vistazo al pastel. "Feliz cumpleaños. ¿Has recibido algún regalo?"
Yolanda se quedó atónita. "Alguien me envió un paquete esta tarde, pero no sabía que era tuyo, así que no lo he abierto todavía."
Stuardo asintió. "No me gusta mucho el pastel, a Soley tampoco. ¡Cómelo con Lucía!"
Luego, se dirigió a Soley y se la llevó a su habitación.
Yolanda abrió la caja de pasteles después de que se fueron.
"Lucía, ¿cuándo llegó Ángela?" Yolanda, sonriendo, cortó un trozo de pastel y se lo pasó a Lucía.
Lucía respondió: "No hace mucho, vino a recoger a su hijo."
"Oh... ¡Ese chico es su hijo!"
Lucía explicó: "Es adoptado."
Yolanda se sorprendió: "¡Pensé que era el hijo de ella y Stuardo!"
No tenía amigos y nadie lo vigilaba.
Los maestros eran buenos con él y podía hacer lo que quisiera, era incluso más libre que en casa.
"Me preocupa que te encuentres con Stuardo de nuevo. Si vuelve a llevarte a su casa..." Ángela se preocupó.
Decir que él es un niño adoptado era una excusa para engañar a la gente por un tiempo, pero no para siempre.
Si algún día Stuardo empezara a sospechar y llevara a Ian a hacerse una prueba de ADN, su mentira sería descubierta.
Entonces, ambos niños estarían en peligro.
"Él es mi padre, ¿verdad?" Ian preguntó sin rodeos.
Ángela miró a su hijo: "¿Cómo lo supiste?"
Ian: "Se parece a mí."
Ángela sonrió: "¿Es tan obvio?"
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