Stuardo tuvo una pesadilla.
Soñó que Ángela lo había bloqueado.
No solo no podía verla, sino que ni siquiera podía llamarla.
¡Habían perdido todo tipo de contacto para siempre!
Su corazón le dolía como si hubiera perdido algo muy valioso.
Despertó todo sudado y de inmediato abrió los ojos.
Sus ojos profundos estaban llenos de lágrimas, reflejando un dolor inmenso.
Agarró su teléfono y marcó el número de Ángela.
Ya eran las siete de la noche.
Ella había estado durmiendo durante todo el día, debería estar en casa, ¡debería estar despierta ya!
—"Lo siento, el usuario al que está llamando no puede contestar en este momento. Por favor, intente más tarde"— le informó una voz fría y robótica.
De repente, apretó más fuerte el teléfono.
¡Parecía que su pesadilla se había hecho realidad!
¡Ángela realmente lo había bloqueado!
De lo contrario, no habría forma de que no pudiera contactarla.
Para confirmar sus sospechas, se levantó de la cama y marcó el número de Ángela desde el teléfono fijo de la casa.
Cada vez que marcaba un número, su corazón dolía.
Sentía una ansiedad intensa.
Cuando finalmente marcó el número... ¡logró conectar!
¡Sostenía con fuerza el auricular del teléfono, mientras que sus ojos se ponían cada vez más rojos!
"¡No lo haré!" La ira de Ángela se disparó y su voz se elevó: "¡Deja de intentar ordenarme con esa actitud de superioridad! ¡No tienes derecho a ordenarme nada!"
Su voz clara y fuerte dejó al hombre al otro lado del teléfono en silencio.
Cuando se calmó, se dio cuenta de que su respiración se escuchaba más agitada, su corazón latía con fuerza y su temperatura había subido.
No quería tener una pelea tan desagradable con él.
¿Pero cómo había podido su relación cambiar tan repentinamente?
"¿Realmente quieres romper todo contacto?" Después de un largo silencio, su voz triste apareció.
El dolor y la tristeza en su tono no eran difíciles de disimular.
No importaba cuánto estuviera sufriendo, nunca perdería la compostura en público.
Pero frente a Ángela, todos sus principios se desvanecieron.
Ángela se quedó sin palabras: "¡Yolanda está embarazada de ti, deberías estar con ella!"
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