Ella agarró con fuerza su bata de dormir con ambas manos, mirándolo fríamente, sus ojos rojos llenos de rabia, "¡Es mi decisión si quiero tomar medicamentos o no! ¡No te pases! ¡O no conseguirás nada!"
En la oscuridad, su voz sonaba aguda y estridente.
La nuez de Adán de él subía y bajaba sensualmente.
"¡Devuélveme el celular!". Ella lo miraba fijamente, enfocada en su largo cuello.
¡Si se atrevía a no devolvérselo, ella lo iba a morder en el próximo segundo!
"Ángela, sería mejor que no te tomes a la ligera lo que te digo!" su mirada era oscura mientras decía en voz baja, "¡Si te atreves a tomar anticonceptivos, entonces no dejaremos de hacer el amor!"
Dicho esto, le entregó el teléfono.
Después de recibir el teléfono, ella saltó rápidamente de la cama, recogió la ropa del suelo y se vistió rápidamente.
¡Salió de la habitación antes de que él se fuera!
A las dos y media de la madrugada, los vehículos pasaban a su lado de dos en dos.
Un viento nocturno soplaba, llevándose su cansancio.
Encendió el teléfono, y vio que decenas de llamadas perdidas aparecían en la pantalla, todas eran de Mike.
Quería devolverle la llamada, pero ¿cómo le explicaría lo que pasó?
Lo que sucedió esa noche era demasiado extraño, incluso ahora, todavía le parecía irreal.
A las tres de la madrugada.
Hospital.
Stuardo llegó a la habitación de Yolanda.
Cuando Yolanda lo vio, las lágrimas comenzaron a caer sin parar.
Yolanda tomó una respiración profunda: "Puede que nuestro hijo la haya perturbado. Seguramente todavía te ama, por eso no puede aceptar a nuestro hijo. No pensé que sería tan fuerte..."
El rostro de Stuardo se oscureció un poco más.
Si lo que decía Yolanda era verdad, entonces Ángela era verdaderamente despiadada.
"Cada vez que cierro los ojos, veo a nuestro hijo, cubierto de sangre, llorando desconsoladamente... gritando 'mamá, sálvame'..."
"¡Yolanda! ¡Basta!" Stuardo la interrumpió severamente, "El niño ya está muerto, tu sufrimiento no cambiará nada."
"Stuardo, ¿Acaso nuestro hijo murió en vano?" Yolanda bajó la voz, sollozando.
"¡Voy a encontrar a Ángela! ¡Tú solo céntrate en tu recuperación!"
"Bien... si tú lo dices... me siento más tranquila!" Yolanda tomó un respiro profundo, "Lo siento por llamarte tan tarde..."
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