Amor, Guerra&Mi Marido Vegetativo romance Capítulo 39

Ángela: "Mmm. Creo que promover los sistemas de conducción autónoma en la realidad es prácticamente imposible. Por más avanzado que sea un sistema de cómputo, ¿puede eso superar al cerebro humano? Hasta yo tengo mis dudas sobre este proyecto, ¿qué tal los inversionistas?"

"No seas tan pesimista, a muchos ricos les gusta invertir en proyectos por su creatividad, no por su utilidad. Hay una fiesta esta noche, y todos los que van son hijos de ricos. ¿Por qué no vienes conmigo? ¡Quizás encuentres a alguien dispuesto a invertir en tu proyecto!"

Ángela entre risas y lágrimas: "¡Déjalo! Los hijos de ricos no sirven para mucho, necesitaría a alguien de la primera generación de ricos."

"Bueno, también hay de esos. ¡Ve y prueba suerte!" Dijo Tania, siendo honesta con ella, "La verdad es que no quiero ir, pero mi papá me obliga. Me ha organizado una cita a ciegas. ¿Me acompañas esta noche, por favor?"

Ángela no pudo negarse: "Está bien."

A las siete de la noche.

Tania llevó a Ángela en su auto a un antiguo hotel de cinco estrellas en la ciudad.

"Ángela, cuando entremos, nos separamos. Así será más fácil para ti conseguir inversionistas." Dijo Tania.

Ángela asintió: "No olvido que estás aquí para una cita a ciegas, no quiero ser una vela."

"Jaja, recuerda revisar tu celular. Te enviaré un mensaje si ya no aguanto más."

"De acuerdo."

Ambas entraron al hotel y al salón de banquetes, una detrás de la otra.

Ángela fue a la zona de bebidas, tomó un vaso de jugo y luego encontró un lugar en una esquina.

Planeaba ver primero cómo era el chico de la cita a ciegas de Tania.

La familia de Tania tenía una gran tienda departamental, no cotizada en bolsa, pero era bastante conocida a nivel local y tenía una sólida base económica.

El chico de la cita a ciegas que le organizaron debía ser alguien de un nivel económico similar al de su familia.

Solo faltaba ver su apariencia, edad y carácter.

En un momento, un rostro agraciado y familiar apareció frente a Ángela.

Ángela: ... Planea gastar mil millones en comprar la empresa de mi padre.

Tania: ¡Cielos! ¡Necesito asimilarlo!

Ángela: Tania, ¡no le digas que nos conocemos! ¡Este hombre me parece extraño! Pero no he tenido la oportunidad de saber más sobre él.

Tania: ¡No te preocupes, déjamelo a mí! ¡Te ayudaré a averiguar qué pasa!

Como Tania seguía enviando mensajes, Borja miró a su alrededor.

De repente, vio a Ángela en una esquina del salón de banquetes.

¿Qué hace Ángela aquí?

La fiesta de esta noche es para solteros, ¿no es ella una mujer casada?

Borja sonrió ligeramente, sacó su teléfono y envió un mensaje a Stuardo: Stuardo, tu esposa está en una fiesta para solteros ahora, y hay varios hombres mirándola... ¿Le diste permiso para venir?

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