El guardaespaldas la vio bajar las escaleras y de inmediato se acercó a Stuardo para informarle.
Stuardo se levantó del sofá y miró hacia la escalera.
Ángela vestía su bata de dormir, que barría el suelo y las mangas eran un poco largas.
La bata grande envolvía su delgado cuerpo, haciéndola parecer una niña vistiendo ropa de adulto.
Frunció el ceño, ¿no debería ella estar recibiendo una infusión?
¿Cómo es que bajó las escaleras?
"¡Stuardo, tienes escondida una belleza aquí!" Alguien vio a Ángela y bromeó.
"¡Es un hombre normal, sería raro que no encontrara a una mujer! ¡Jaja!"
"¿Es esta chica la señorita rica? ¿O simplemente la encontraste para divertirte?"
Stuardo ignoró todas las preguntas.
Porque, Ángela se acercaba a ellos.
¿No quería morir ella?
¿Por qué querría conocer a sus amigos?
¿Qué es lo que quiere hacer?
Se acercó rápidamente y se puso delante de ella.
Con una mirada sombría, la miró desde arriba: "¿Has quitado la aguja de nuevo?"
Ella empujó su pecho con la mano: "¿Estás aquí entreteniendo a tus amigos y no puedo venir a curiosear?"
¿Curiosidad?
¡Hmm!
Ya que quiere curiosear, ¡que lo haga!
Se hizo a un lado.
Su mirada naturalmente cayó en la parrilla.
¡Su mirada se volvió fría al instante! Su tobillo se debilitó y su cuerpo tembló antes de retroceder unos pasos.
Esa noche, su gran cena de barbacoa, ¡era la enorme serpiente que la asustó hasta perder la razón y chocar contra la pared!
Aún recordaba cómo se veía cuando abrió la boca, no esperaba que ahora estuviera abierta y colgada en la parrilla.
Al ver su miedo, agarró su muñeca y la llevó hacia el sofá.
"Ya que bajaste, probemos juntos su sabor." Su voz era profunda y magnética.
Parecía que estaba hablando de algo muy cotidiano.
"¡Stuardo! ¡No te preocupes! ¡No voy a molestar a tu mujer! ¡Jajaja!"
El rostro de Stuardo se oscureció, levantó su copa y bebió todo el vino de un trago.
Una hora después, la serpiente estaba lista y todos comenzaron a comer.
Stuardo se dirigió al baño.
Ángela miró su espalda, tomó un vaso de agua de la mesa y bebió un sorbo.
Después de un rato, Stuardo regresó del baño.
"¿A dónde se fue Ángela?" Preguntó con una mirada confusa al ver el sofá vacío.
"Dijo que iba al baño. ¡Vamos, sigamos bebiendo!" Dijo Su amigo, levantando la botella de vino para llenar su copa.
A las dos de la madrugada.
Con la ayuda del guardaespaldas, Stuardo subió las escaleras.
Llegó a la puerta de la habitación de Ángela, la abrió-
La habitación estaba vacía.
¿Dónde podría estar ella?
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